Jean-Jacques Rousseau
filósofo, botánico y compositor suizo
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Jean-Jacques Rousseau | |||||||||||
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![]() «Se mejoran las plantas por el cultivo, los hombres por la educación»[1] |
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Véase también | |||||||||||
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Jean-Jacques Rousseau (Ginebra, 28 de junio de 1712-Ermenonville, 2 de julio de 1778) fue un polímata suizo francófono.
CitasEditar
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DEditar
EEditar
- «El abuso de los libros mata a la ciencia; porque muchos hombres, creyendo que saben lo que han leído, se creen dispensados de aprenderlo».[3]
- «El amor pierde su mayor encanto cuando le abandona la honestidad».[5]
- «El amor propio es un instrumento útil pero peligroso: con frecuencia hiere la mano que lo maneja; y raras veces aprovecha sin dañar».[6]
- «El gusto del juego, fruto de la ambición y del aburrimiento, es hijo de un espíritu y de un corazón vacío».[7]
- «El hombre padece pocos males, si se exceptuan los que él mismo se atrae por el abuso de sus facultades».[8]
- «El hombre que más ha vivido no es aquél que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida».[9]
- «El matrimonio es una alianza muy general y la más extendida de la sociedad; pero falta mucho para que sea siempre aquella que une más sinceramente a un hombre con una mujer».[11]
- «El perder con la inocencia el sentimiento que la hace amar es el último grado de oprobio».[12]
- «El primer hombre a quien, cercando un terreno, se le ocurrió decir esto es mío, y halló gentes bastante simples para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. Cuántos crímenes, guerras, asesinatos; cuántas miserias y horrores habría evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca o cubriendo el foso: “¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!”»[13]
- «El reconocimiento es un deber que es necesario llenar; pero no un derecho que se puede exigir».[16]
- «El sentimiento de la compasión duerme en el hombre, hasta que el grito del dolor viene a despertarle».[17]
- «El tener demasiado amor propio es una pequeñez vergonzosa, que tarde o temprano le hace a uno desgraciado».[18]
- «El verdadero misántropo es un mónstruo en la sociedad: si pudiera existir causaría horror».[19]
HEditar
- «Hay un libro abierto siempre para todos los ojos; la naturaleza».[22]
LEditar
- «La buena reputación, bien merecida, es el sepulcro más magnífico que se puede tener».[23]
- «La cortesía frecuentemente no es más que la demostración exterior de una benevolencia que no está en el corazón».[25]
- «La esposa de un carbonero es más respetable que la querida de un príncipe».[27]
- «La florida jerigonza de la galantería está mucho más distante del sentimiento que el tono más simple».[28]
- «La presencia de ánimo, la penetración y las observaciones sutiles, son la ciencia de las mujeres».[32]
- «Las ideas generales y las abstractas son la fuente de los más grandes errores humanos».[34]
- «Los artesonados dorados, el lujo y la magnificencia, solo anuncian la vanidad del que los ostenta».[35]
- «Los grandes hombres no abusan nunca de su superioridad: aun cuando tengan la conciencia de ella, no por eso son menos modestos».[36]
NEditar
- «No hay bastante con la mitad de la vida para escribir un buen libro, y de la otra mitad para corregirlo».[39]
- «No se puede reflexionar sobre las costumbres, sin complacerse uno en recordar la sencillez de los tiempos primitivos».[41]
PEditar
SEditar
- «Siempre falta a las leyes de los hombres lo que pertenece a las de la naturaleza: la inflexibilidad».[44]
- «Si la indolente ociosidad no engendra más que pereza y aburrimiento, el encanto de dulces momentos es el fruto de una vida laboriosa».[46]
TEditar
- «Todas las criaturas que el hombre hace servir a sus placeres, llegan a ser el instrumento de sus penas».[47]
- «Todos los sentimientos que dominamos son legítimos; todos los que nos dominan son criminales».[48]
- «Trabajar es un deber indispensable para todo hombre social. Rico o pobre, fuerte o débil, todo ciudadano ocioso es un bribón».[49]
UEditar
- «Uno de los escollos en que la justicia naufraga frecuentemente, es la prevención».[51]
- «Los hombres son malvados; una triste y continua experiencia nos dispensa de probarlo; sin embargo, el hombre es naturalmente bueno, creo haberlo demostrado [...]. Que admiren cuanto quieran la sociedad humana, no será por ello menos cierto que necesariamente conduce a los hombres a odiarse entre sí en la medida en que sus intereses se cruzan, a prestarse mutuamente servicios aparentes y a hacerse en la práctica todos los males imaginables [...]».
- Fuente: Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, p. 339. Madrid, Editorial Alfaguara (1979)
VEditar
Citas de El contrato social (1762)Editar
- «[...] el ciudadano [...]. Corteja a los grandes que odia y a los ricos que desprecia; no escatima nada para obtener el honor de servirles; se jacta orgullosamente de su bajeza y de la protección de ellos y, orgulloso de su esclavitud, habla con desdén de los que no tienen el honor de compartirla [...]».[53]
- Fuente: Del Contrato Social. Discursos, p. 286. Madrid, Alianza Editorial (1982)
- «El hombre ha nacido libre y por doquier está encadenado».[54]
- Variante: «El hombre ha nacido libre y por doquiera se encuentra sujeta con cadenas».[49]
- «La soberanía no puede ser representada, por la misma razón de ser inalienable; consiste esencialmente en la voluntad general, y a la voluntad no se la representa: es una o es otra. Los diputados del pueblo no son ni pueden ser representantes; son únicamente sus comisarios, y no pueden resolver nada en definitiva. Toda ley que el pueblo no ratifica en persona es nula; vale decir, no es una ley. El pueblo inglés se cree libre; está seriamente equivocado; está libre solo para la elección de los miembros del Parlamento [diputados]; en cuanto estos han sido elegidos, el pueblo está esclavizado; no es nada».[55]
- «[...] la ambición devoradora, el ansia de elevar su fortuna relativa, menos por necesidad auténtica que por ponerse por encima de los demás, inspiran a todos los hombres una negra inclinación a perjudicarse mutuamente [...]».
- Fuente: Del Contrato Social. Discursos, p. 262. Madrid, Alianza Editorial (1982)
- «Tan pronto como el servicio público deja de ser la principal ocupación de los ciudadanos, y estos quieren servir con su bolsa antes que con su persona, se encuentra ya el Estado muy cerca de su ruina. ¿Es preciso ir a la guerra? Pagan tropas y se quedan en casa. ¿Es preciso ir al consejo? Nombran diputados y se quedan en casa. A fuerza de pereza y de dinero, tienen en fin soldados para esclavizar la patria y representantes para venderla.»[56]
ReferenciasEditar
- ↑ 1,0 1,1 Rousseau, Jean-Jacques (traducción de Santiago de Alvarado y de la Peña). Pensamientos de Juan-Jacobo Rousseau, ciudadano de Ginebra, o sea, El espíritu de este grande hombre en sus obras filosóficas, morales y políticas, p. 117. M. de Burgos, 1824. En Google Libros. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 69. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 141. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 17. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 19. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Lartigue (1840), p. 18. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Lartigue (1840), p. 107. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 147. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Palomo Triguero (2013), p. 299. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Lartigue (1840), p. 116. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Lartigue (1840), p. 5. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 128. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ Rousseau, Jean-Jacques. «Segunda parte». Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (Ángel Pumarega, trad.). Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 1999. BVMC:233008.
- ↑ Lartigue (1840), p. 21. Consultado el 7 de marzo de 2020.
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- ↑ D. R. C. (1858), p. 197. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 45. Consultado el 7 de marzo de 2020.
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- ↑ 49,0 49,1 Ortega Blake (2013), [1] Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 53. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ D. R. C. (1858), p. 189. Consultado el 7 de marzo de 2020.
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- ↑ López-Yañez (2005), p. 191. Consultado el 7 de marzo de 2020.
- ↑ González, Enrique. «El poder y el valor». Puntos de referencia, 1996-2003. Fondo de Cultura Economica, 2013. ISBN 6071612748, 9786071612748. En Google Libros. Consultado el 22 de noviembre de 2020.
- ↑ Ratcliffe, Susan (ed.) (en inglés). «Jean-Jacques Rousseau 1712–78». Oxford Essential Quotations, 6.ª ed. Oxford University Press, 2018. eISBN 9780191866692. Consultado el 22 de noviembre de 2020.
- ↑ Jean-Jacques Rousseau. XV. «El contrato social». Wikisource.
BibliografíaEditar
- D. R. C. (1858). Tesoro de la sabiduria de todos los siglos y paises: sentencias, pensamientos, máximas y dichos memorables de los sabios y hombres celebres. El Libro de Oro, Madrid. En Google Libros.
- Lartigue, Gustavo de (1840). Diccionario de pensamientos sublimes y sentenciosos..., p. 18.] Cádiz. Imprenta Gaditana de D. Esteban Picardo. Biblioteca Virtual de Andalucia.
- López-Yañez, Aína D. (2005). «La teoría social de Jean-Jacques Rousseau», Revista Internacional de Sociología (RIS) Tercera Época, N° 42, septiembre-diciembre, pp. 181-199. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
- Ortega Blake, Arturo (2013). El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México. ISBN 9786073116312. En Google Libros.
- Palomo Triguero, Eduardo (2013). Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros. ISBN 9788416068104. En Google Libros.