Epicuro

filósofo griego
Epicuro
«Busca el placer que no venga seguido de ningún dolor»[1]
«Busca el placer que no venga seguido de ningún dolor»[1]
Véase también
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Epicuro (Samos, 341 a. C.-Atenas, 270 a. C.) fue un filósofo griego, cabeza del epicureísmo. Al no quedar constancia escrita de su obra, sus citas se conocen a través de las versiones de Plutarco, Séneca, Eliano, etc.

  • «Aléjate de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía».[2]
  • «A nadie ha de envidiarse, pues los buenos no son dignos de ello y los malvados, cuanto más esperan, mucho más se corrompen a sí mismos.».[3]
  • «Ante cualquier deseo hay que hacerse esta pregunta: ¿qué ventaja me reportará no satisfacerlo?».[4]
  • «A quien no contenta lo pequeño, nada le contentará».[5]
  • «Así como el sabio no escoge los alimentos más abundantes sino los más sabrosos, tampoco ambiciona la vida más prolongada, sino la más intensa».[6]
  • «Busca el placer que no venga seguido de ningún dolor».[1] [««Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos».».]
  • «De gran subida resulta siempre gran caída».[7]
  • «El alma es un elemento sutil extendido por todo el cuerpo, similar a un hálito de flama, participando a la vez del aire y del fuego».[8]
  • «El necio, entre otros males, posee éste: siempre trata de comenzar su vida.[9]
  • «En la discusión razonada, más gana quien es vencido por cuanto aprende».[10]
  • «En la mayoría de los hombres la calma es letargia; la emoción: furor».[11]
  • «Es verdad que hay dioses, pero lo que la multitud cree de ellos no es cierto, pues lo que la multitud cree cambia con el tiempo».[12] [«No es verdaderamente impío el hombre que niega los dioses que la multitud venera, sino aquél que afirma de los dioses lo que la multitud cree de ellos».]
  • «La felicidad y la virtud son dos hermanas que no se separan jamás».[13]
  • «La justicia es la venganza del hombre social, como la venganza es la justicia del hombre salvaje».[14]
  • «La necesidad es un mal, no hay ninguna necesidad de vivir bajo el imperio de la necesidad».[15][16] [«Malo es vivir en necesidad; pero no hay necesidad alguna de vivir en ella».]
  • «La pobreza medida según el fin de la naturaleza es una riqueza grande, pero la riqueza no delimitada es una gran pobreza».[17]
  • «No se puede vivir sin temor cuando se inspira temor».[21]
  • «Quien no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desichado, aunque sea el dueño del mundo».[22] [23]
  • «¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia».[24]
  • «Reboso de placer en el cuerpo cuando dispongo de pan y agua. Y escupo sobre los placeres de la abundancia, no por sí mismos, sino por las molestias que les siguen».[25]
  • «Tal como es hoy el universo ha sido y será siempre. Nada hay en que pueda transformarse. Nada existe que pueda serle agregado o cambiado».[26]
  • «Todo hombre sale de esta vida como si hace poco hubiese nacido».[27]
  • «Vive oculto».[29]

Sobre Epicuro

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  • «Dijo Epicuro que el azar poco estorba al sabio, que las cosas más importantes y serias las decide mediante su propio parecer y su razón y que no podía alcanzarse de una vida eterna mayor placer que el que a través de ésta logramos, y que ésta es finita».[32]
  • «Epicuro.., cuya filosofía ejerció una influencia tan extensa que durante mucho tiempo no se supo si la Cristiandad no acabaría por ceder ante ella. Pero el pobre de espíritu ganó, no me pregunte usted por qué... Es uno de los grandes misterios del mundo».[33]
  • «Se olvida que también la sabiduría laica de Epicuro, que no tiene ninguna necesidad de dioses, ha vivido y continúa viviendo a lo largo de milenios. Su enseñanza revela, en sus seguidores modernos, no menos vitalidad que las religiones salvíficas. La diferencia radica en que Epicuro no ofrecía la salvación en otra vida, sino que enseñaba a conquistarla en ésta, con la ayuda de la razón. Ninguna escuela filosófica, ninguna religión, le perdonó esa enseñanza».[34]

Referencias

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  1. 1,0 1,1 Señor (1997), p. 250.
  2. Ortega (2013), p. 806.
  3. Ortega (2013), p. 1504.
  4. Bartra (1994), p. 92.
  5. Ortega (2013), p. 529. Citado por Eliano.
  6. Palomo (2013), p. 291.
  7. Ortega (2013), p. 624.
  8. Ortega (2013), p. 148.
  9. Goicoechea (1952), p. 674, da como fuente: Fragmentos nº 494, en las Cartas a Lucilo de Séneca (XIII, 16). Con el mismo texto lo da Ortega (2013), p. 2845. Sin embargo Señor (1997), p. 397, cambia comenzar por comprar.
  10. Ortega (2013), p. 1299.
  11. Bartra (1994), p. 92.
  12. Ortega (2013), p. 1282.
  13. Ortega (2013), p. 1762.
  14. Señor (1997), p.306 .
  15. Bartra (1994), p. 92.
  16. Ortega (2013), p. 2854.
  17. Ortega (2013), p. 3284.
  18. Señor (1997), p. 454.
  19. Palomo (2013), p. 53. Consultado el 17 de septiembre de 2020.
  20. Ortega (2013), p. 972.
  21. Bartra (1994), p. 92.
  22. Goicoechea (1995), p. 261. En una edición previa, Goicoechea recoge esta versión: «Nada le bastará a aquel que no tiene bastante con poco».(1952, p. 121. Exhortaciones, 68).
  23. Palomo (2013), p. 273. Consultado el 17 de septiembre de 2020.
  24. Señor (1997), p. 64.
  25. Gonzalo Muñoz Barallobre (2013-09-26). «Epicuro o la modesta voluptuosidad». Revista Tarántula. 
  26. Ortega (2013), p. 4050.
  27. Ortega (2013), p. 2818.
  28. Fierro, Alfredo (2018). «Conocimiento contra infelicidad: Para una psicología epicúrea». En Universidad de Málaga, ed. Escritos de Psicología 2 (1). 
  29. Goicoechea (1995), p. 425. Citado por Plutarco.
  30. Versiones del razonamiento de Epicuro: «La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo. // La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos. // ¿Por qué temer la muerte?, si mientras existimos, ella no existe y cuando existe la muerte, entonces, no existimos nosotros».
  31. Machado, Antonio (2009). Juan de Mairena. Alianza Editorial (1.ª ed. Biblioteca de Autor).  ISBN 9788420649849.
  32. Ortega (2013), p. 529.
  33. Lawrence Durrell en Las islas griegas. Ed. Serbal, 1983; pág. 183. isbn 8485800559.
  34. Canfora, Luciano (2002). «Epicuro y Lucrecio: el sentido de los átomos». Una profesión peligrosa: la vida cotidiana de los filósofos griegos. Barcelona: Anagrama. ISBN 978-84-339-6167-9. 
  35. En El caminante y su sombra, §129. García Gual, Carlos (2011). «Nietzsche y Epicuro». Estudios Nietzsche (Editorial Trotta) (11): 44. ISSN 1578-6676. doi:10.24310/EstudiosNIETen.vi11.10505. 

Bibliografía

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  • Goicoechea, Cesáreo (1995 7ª ed. 1955, 1962, 1970). Diccionario de citas. Dossat. 
  • Señor, Luis (2005). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.