Lawrence Durrell

escritor británico
Lawrence Durrell
«Nadie puede continuar siendo un rebelde sin acabar siendo un autócrata»
«Nadie puede continuar siendo un rebelde sin acabar siendo un autócrata»
Véase también
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Lawrence Durrell (Jalandhar, India, 27 de febrero de 1912 – Sommières, Francia, 8 de noviembre de 1990) fue un escritor inglés.

  • «Al igual que todos los jóvenes me proponía ser un genio, pero afortunadamente intervino la risa».[1]
  • «Aparece un poema cuando una ansiedad encuentra una técnica».[2]
  • «Basta de sexo, aburre. Todo el mundo lo tiene. La broma sobre él estimula, pero el pobre y honesto sexo, como la muerte, debería ser un tema privado».[3]
  • «Buscamos llenar el vacío de nuestra individualidad, y por un breve momento desfrutamos de la ilusión de estar completos. Pero es solo una ilusión: el amor une y después divide».[4]
  • «La historia es la inacabable repetición de la forma errónea de vivir, y empezará de nuevo mañana, si es trasladada desde aquí hoy».[6]
  • «Los franceses han entendido que el amor es una forma de búsqueda metafísica, en tanto que los ingleses creeen más bien que es un problema de fontanería».[7]
  • «Sorprenderse totalmente en el momento de la muerte es una manera de estar totalmente despierto».[8]
  • «Una idea puede llegar a la mente pero no haber alcanzado todavía los labios».[9]

Citas de El cuarteto de Alejandría

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  • «Nadie puede continuar siendo un rebelde sin acabar siendo un autócrata».[13]

Citas de otros autores, usadas por Durrell como introducción a sus libros

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  • «—Bien, ¿y no hay un opuesto de la vida, como el sueño es el opuesto del despertar?
    —Sí, la hay.
    —¿Y cuál es?
    —La muerte». [15]
  • «El espejo ve al hombre hermoso, el espejo ama al hombre; otro espejo ve al hombre horrible y lo odia; y es siempre el mismo ser el que produce las impresiones».[16]
  • «La lluvia ha cesado, las nubes se han roto; la bóveda azul se abre como un abanico y el azul se descompone en esa última luz violeta que hace que todo lo griego parezca sagrado. En Grecia uno siente el deseo de bañarse en el cielo... Piedra y cielo se unen aquí en matrimonio».[17]

Referencias

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  1. Ortega (2013), p. 2375.
  2. Albaigès (1997), p. 65
  3. Albaigès (1997), p. 508.
  4. Albaigès (1997), p. 440.
  5. En Las islas griegas. Diorki trad. en ed Serbal 1978; pág. 84; isbn 8485800559.
  6. Albaigès (1997), p. 149. En The Listener, 1978.
  7. Albaigès (1997), p. 440.
  8. Albaigès (1997), p. 418. En Tune.
  9. Albaigès (1997), p. 269.
  10. Albaigès (1997), p. 440.
  11. Umbral, Francisco: Diario de un snob 2. Ed. Bruguera, 1978; p. 35. ISBN 8402058574, 9788402058577.
  12. Ortega (2013), p. 3329
  13. En Balthazar (Cuarteto de Alejandría).Albaigès (1997), p. 502.
  14. En Clea (Cuarteto de Alejandría).Albaigès (1997), p. 55.
  15. Fedón’, en la novela Cefalú. Ed. Sudamericana (1967), p. 8. id. 11.723© 1967. Buenos Aires.
  16. Cuarteto de Alejandría. Cabecera de Balthazar. (1997), 2.ª ed. en Edhasa, 1975, p. 9. ISBN 8435000125. Trad. Aurora Bernáldez.
  17. En Las islas griegas. Diorki trad. en ed Serbal 1978; pág. 84; isbn 8485800559.

Bibliografía

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  • Albaigès, José María (1997). Un siglo de citas. Planeta.  ISBN 8423992543.