Piratería

práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo
(Redirigido desde «Patente de corso»)

Piratería y pirata, como concepto histórico, hacen referencia a la práctica de saqueo organizado o bandolerismo marítimo definida por el Derecho Internacional en el artículo 101 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.[1] Tiene continuación en las patentes de corso concedidas por los estados para el saqueo en rutas y puertos de mar. Piratas, bucaneros, hermanos de la costa y corsarios populares fueron ‘Barbarroja’, el inglés Francis Drake, el filibustero galés Henry Morgan, Capitán Kid, el mayor Stede Bonnet, Mary Read, o los más literarios Sandokan, Garfio, Capitán Blood, o John Silver “El Largo”, personaje de La isla del tesoro, de Stevenson.

«Do el cobarde ve el riesgo, él ve la gloria,
y sólo por luchar la lucha anhela
el pirata feliz, rey de los mares».
Lord Byron
  • «El mayor Stede Bonnet no se atrevió a negarse. Lo aligeraron de su cuchillo y de su trabuco. Prestó juramento sobre el hacha (pues Barbanegra no podía soportar la vista de una Biblia), y le asignaron su ración de galleta y de ron, con su parte de futuro botín. Nunca habría imaginado el mayor que la vida de los piratas estuviese tan reglamentada».[2]
  • «En un servicio honrado la ración es corta, la paga pequeña y el trabajo mucho; en este [la piratería] en cambio hay abundancia y hartazgo, placer y comodidad, libertad y poder».[4]
  • «Escribir una historia de la piratería desde los primeros tiempos hubieras sido empresa imposible. Comenzaría por parecer una historia marítima del mundo».[5]
  • «Son muy liberales los piratas entre sí mismos; si alguno queda totalmente despojado de bienes, le hacen participar con franqueza de lo que tienen».[8]
  • «Y la morera, el único árbol corpulento en el extremo de la península, erguido como un centinela a la puerta del patio, suspiró levemente con un estremecimiento de todas sus hojas, como si añorara al Hermano de la Costa, a aquel hombre de tenebrosas hazañas, pero de gran corazón, que al mediodía solía echar una siesta bajo su sombra».[9]

Citas en verso

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La “Jolly Roger”, del bucanero Calico Jack,[10] símbolo popular de la piratería.
  • «Con diez cañones por banda,
    viento en popa, a toda vela,
    no corta el mar, sino vuela,
    un velero bergantín:
    Bajel pirata que llaman,
    por su bravura, El Temido,
    en todo mar conocido,
    del uno al otro confín.[11]
  • «Do el cobarde ve el riesgo, él ve la gloria,
    y sólo por luchar la lucha anhela
    el pirata feliz, rey de los mares».[12]
  • «Quince hombres sobre el baúl del muerto...
    Yujujú, y una botella de ron.
    Belcebú y la bebida acabaron con su vida...
    Yujujú, y una botella de ron».
    [Fifteen men on the dead man's chest-Yo-ho-ho, and a bottle of rum!...] [14]

Documentos

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  • «Isla de la Tortuga, lo que se dice Isla de la Tortuga, famosa, novelesca, mercado de bucaneros, filibustería, la que hemos conocido en las novelas de corsarios, y tenemos unida, por la imaginación, a las aventuras de la piratería, a los sangrientos abordajes y a las negras banderas, no hay más que una: la que está sobre el extremo Noroeste de la Española, mirando de cerca a las costas de Haití».[15]
  • «La libertad individual ilimitada en las relaciones y transacciones sociales, es una prima concedida a la extorsión, una patente de corso otorgada a los piratas y a los bandidos con derecho de presa sobre todos aquellos que caen en sus manos ¡Ay de los vencidos! Que los lobos reclamen esa libertad, se comprende; pero que los carneros les hagan coro, sólo demuestra una cosa: ¡que son carneros!».[16]
  • «Los piratas y corsarios del siglo XVIII crearon una “red de información” que envolvía el globo; primitiva y dedicada primordialmente a los negocios prohibidos, la red funcionaba admirablemente. Repartidas por ella había islas, remotos escondites donde los barcos podían ser aprovisionados y cargados con los frutos del pillaje para satisfacer toda clase de lujos y necesidades. Algunas de estas islas mantenían “comunidades intencionales”, completas mini-sociedades que vivían conscientemente fuera de la ley y mostraban determinación a mantenerse así, aunque fuera sólo por una corta -pero alegre- existencia».[17]

Refranero del corso y la piratería

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  • «Cuando el corsario promete misas y cera, con mal anda la galera». [18]
  • «De corsario a corsario non se pierden sino los barriles».[19]
  • «Gran corsario es el tiempo, siempre llevando, siempre trayendo». [20]
  • «Inglés, pirata es».[21]

Referencias

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  1. Convención de las Naciones Unidas sobre derecho del mar.
  2. Vidas imaginarias.Barral editores. Dep. Legal: B. 29407-1972. página 105.
  3. Greguerías. Tiografía Nacional, 1966. Página 79.
  4. Citado por Daniel Defoe (1999): en Historia general de los robos y asesinatos de los más famosos piratas; p. 287; ISBN 84-7702-263-1
  5. Los corsarios berberiscos. Los piratas del Norte. Espasa-Calpe. Prólogo a la 4ª ed. 1973; página 9. ISBN 8423907953.
  6. Diccionario del Diablo 1911. Editorial Booklassic, 2015. ISBN 9789635239726.
  7. Nietzsche, Friedrich W., El Anticristo (1888). Cap. LX. (trad. de Andrés Sánchez), Alianza Ed., Madrid, 1996, ISBN 84-206-1507-2
  8. Piratas de América. Primera parte, capítulo VII, p. 67; Barral Ed. 1971; Depósito Legal: B. 21492-1971.
  9. El pirata (The Rover, 1923). Alianza Editorial, 1985; traducción de Eduardo Chamorro. ISBN 8420600962. página 234.
  10. ZuMondfeld, Wolfram, Piratas, Círculo de Lectores, Barcelona, 1978, ISBN 84-226-1034-5
  11. Canción del pirata (18). en el CVC
  12. "El corsario". Imprenta de "La Opinión", Valencia, 1863.
  13. Machado, Antonio (1995). Soledades. Galerías. Otros poemas. Cátedra.  ISBN 8437604117
  14. Canción de los piratas de La Isla del Tesoro, 1883. (trad. de María Durante). Ed. Anaya, Madrid; 20ª edición, 1999; página 170. ISBN 8420733938.
  15. La isla de la Tortuga. Peña Batlle, Manuel Arturo. Ed. Cultura Hispánica, 1977. ISBN 8472321266. página 10 (prólogo de Manuel Aznar en 1951).
  16. El fin el el derecho. Heliasta, 1978. Universidad Complutense de Madrid. Pág. 73
  17. Istmica, Números 1-4. Pág. 141. La Facultad 1994. Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía.
  18. Refranero del mar. Instituto histórico de marina, 1944. Varios autores. Página 46.
  19. Etxabe (2012), p. 127.
  20. Lemos, Néstor. Folklore y filosofía: la literatura paremiológica o refranesca, fuente primigenia de la filosofía. Editorial Axioma, 1976. Pág. 70
  21. Junceda (1997), p. 224.

Bibliografía

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  • Etxabe, Regino (2012). Diccionario de refranes comentado. Ed. de la Torre. 
  • Iribarren, José María (2005). El porqué de los dichos. Sentido, origen y anécdota de los dichos, modismos y frases proverbiales de España con otras muchas curiosidades. Institución Príncipe de Viana. 

Enlaces externos

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