Epístola de Santiago

vigésimo libro del Nuevo Testamento, compuesto de 5 capítulos

La Epístola de Santiago es un libro bíblico escrito hacia el año 60. A su autor se le suele llamar Santiago el Justo. Se atribuye a Santiago, "el hermano del Señor" (Galatas 1:19). Frecuentemente se le ha identificado con Santiago el Menor, aunque a veces se ha atribuido también a Santiago el Mayor.

"No habléis mal unos de otros, hermanos..."
Carta de Santiago

Citas de la epístola de Santiago editar

  • "¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una apacibilidad que pertenece a la sabiduría. 14 Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. 15 Esta no es la sabiduría que desciende de arriba, sino que es [la] terrenal, animal, demoníaca. 16 Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil."
  • "Pero la sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita. 18 Además, en cuanto al fruto de la justicia, su semilla se siembra en condiciones pacíficas para los que están haciendo la paz."
    • Carta de Santiago capítulo 3: 17-18
  • "Por lo tanto, si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada. 6 Pero que siga pidiendo con fe, sin dudar nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar impelida por el viento y aventada de una parte a otra. 7 De hecho, no vaya a figurarse ese hombre que recibirá cosa alguna de Jehová; 8 es un hombre indeciso, inconstante en todos sus caminos."
    • Carta de Santiago capítulo 1: 5-8
  • "Sepan esto, mis amados hermanos. Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira."
  • "Porque el que dijo: “No debes cometer adulterio”, también dijo: “No debes asesinar”. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero sí asesinas, te has hecho transgresor de ley. 12 Sigan hablando de tal modo y sigan haciendo de tal modo como lo hacen los que van a ser juzgados por la ley de un pueblo libre. 13 Porque al que no practica misericordia se le hará [su] juicio sin misericordia. La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio."
    • Capítulo 2: 11 -13
  • "Si un hermano o una hermana están en estado de desnudez y carecen del alimento suficiente para el día, 16 y sin embargo alguno de entre ustedes les dice: “Vayan en paz, manténganse calientes y bien alimentados”, pero ustedes no les dan las cosas necesarias para [su] cuerpo, ¿de qué provecho es? 17 Así, también, la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma."
    • Capítulo 2: 15-17
  • "Pero que el hermano de condición humilde se alboroce a causa de su ensalzamiento, y el rico a causa de su humillación, porque como una flor de la vegetación pasará. Porque el sol sale con su calor abrasador y marchita la vegetación, y la flor de esta se cae, y la belleza de su apariencia externa perece. Así, también, el rico se desvanecerá en sus maneras de proceder en la vida.
    • Capítulo 1:9-11
  • "No obstante, alguien dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe aparte de las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”. 19 Tú crees que hay un solo Dios, ¿verdad? Haces bastante bien. Y sin embargo los demonios creen y se estremecen. 20 Pero, ¿quieres saber, oh hombre vano, que la fe aparte de las obras es inactiva? 21 ¿No fue declarado justo por obras nuestro padre Abrahán después que hubo ofrecido a Isaac su hijo sobre el altar? 22 Contemplas que [su] fe obró junto con sus obras, y por [sus] obras [su] fe fue perfeccionada, 23 y se cumplió la escritura que dice: “Abrahán puso fe en Jehová, y le fue contado por justicia”, y vino a ser llamado “amigo de Jehová”."
    • Capítulo 2:18-23
  • "Así, también, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo hace grandes alardes. ¡Miren! ¡Con cuán pequeño fuego se incendia tan grande bosque! 6 Pues bien, la lengua es un fuego. La lengua constituye un mundo de injusticia entre nuestros miembros, porque mancha todo el cuerpo y enciende en llamas la rueda de la vida natural y es encendida en llamas por el Gehena. 7 Porque toda especie de bestias salvajes así como de aves y de cosas que se arrastran y de criaturas marinas ha de ser domada y ha sido domada por el género humano. 8 Pero la lengua, nadie de la humanidad puede domarla. Cosa ingobernable y perjudicial, está llena de veneno mortífero. 9 Con ella bendecimos a Jehová, sí, [al] Padre, y, no obstante, con ella maldecimos a hombres que han llegado a la existencia “a la semejanza de Dios”. 10 De la misma boca salen bendición y maldición."