Antoine de Rivarol

escritor francés
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Antoine de Rivarol
«Desgraciadamente hay virtudes que sólo los ricos pueden cultivar».
«Desgraciadamente hay virtudes que sólo los ricos pueden cultivar».
Véase también
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Antoine de Rivarol (Bagnols-sur-Cèze, 26 de junio de 1753 – Berlin, 11 de abril de 1801), también llamado Rivarol o conde de Rivarol, fue un escritor y periodista francés.

  • «Desgraciadamente hay virtudes que sólo los ricos pueden cultivar».[1]
  • «El avaro carece tanto de lo que tiene como de lo que no tiene».[2]
  • «El hombre modesto tiene a su alcance ganarlo todo; porque la modestia va unida a la generosidad y el orgullo a la envidia».[3]
  • «El hombre pasa su vida en razonar sobre el pasado, en quejarse de lo presente y temblar por lo venidero».[4]
  • «El ser humano es el único animal capaz de hacer fuego; esto le ha procurado su dominio sobre la Tierra».[5]
  • «Es necesario tener el apetito del pobre para gozar la fortuna del rico».[6]
  • «Es una gran ventaja no haber hecho nada, pero no hay que abusar de ello».[7]
  • «Hay personas que de sus riquezas/fortuna solo tienen el miedo a perderlas».[8][9]
  • «La envidia que habla y grita es poco diestra, la envidia que se calla es la que debemos temer».[10]
  • «La esperanza es un empréstito [préstamo] que se le hace a la felicidad».[11]
  • «La moral es hija de la justicia y de la conciencia: es una religión universal».[12]
  • «Las ideas son capitales que solo ganan intereses entre las manos del talento».[16]
  • «Las opiniones no se deben combatir sino por medio del raciocinio: A las ideas no se las fusila».[17]
  • «Las pasiones son deseos violentos causados por las necesidades del alma, que sufren hasta que se satisfacen».[18]
  • «Los hombres de corte nunca han sido otra cosa más que fastidiosos libertinos, o pordioseros con hebillas de oro».[19]
  • «No hay más que una sola moral, como no existe sino una sola geometría: son dos palabras que no tienen plural».[20]
  • «Por cada diez personas que hablan de nosotros, nueve lo hacen desfavorablemente, y, con frecuencia, la única persona que habla bien lo dice mal».[21]
  • «Por el dinero se es capaz de todo, hasta de una buena acción.[22]
  • «Todo el mundo se agita con el fin de conseguir más tarde el reposo, pero hay hombres tan perezosos que ya se instalan en el reposo desde el principio».[23]

Referencias

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  1. Señor (1997), p. 586.
  2. Señor (1997), p. 65.
  3. Ortega (2013), p. 3020.
  4. Ortega (2013), p. 3076.
  5. Palomo (1997), p. 138.
  6. Palomo (1997), p. 232.
  7. Bartra (1994), p.265 .
  8. Señor (1997), p. 151.
  9. Palomo (1997), p. 137.
  10. Lartigue (1840), p. 67.
  11. Ortega (2013), p. 1571.
  12. Ortega (2013), p. 2732.
  13. Ortega (2013), p. 3423.
  14. Bartra (1994), p. 265.
  15. Señor (1997), p. 553.
  16. Ortega (2013), p. 2180.
  17. Señor (1997), p. 291.
  18. Lartigue (1840), p. 149.
  19. Monlau, Pedro Felipe: Libro de los libros: ó, Ramillete de máximas, pensamientos y dichos. Ed. La Illustracíon, 1847; p. 132.
  20. Ortega (2013), p. 2741.
  21. Ortega (2013), p. 2547.
  22. Ortega (2013), p. 4115.
  23. Ortega (2013), p. 3185.

Bibliografía

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  • Lartigue, Gustavo de (1840). Diccionario de pensamientos sublimes y sentenciosos, estractado de los moralistas, legisladores, estadistas, escritores y publicistas; tanto de la antigüedad, como de la edad media y de nuestros días. Cádiz. Imprenta Gaditana de D. Esteban Picardo.
  • Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 9786073116312.
  • Señor, Luis (2005). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.