Matsuo Bashō

poeta japonés
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Matsuo Bashō
Retrato de Bashō, pintado por Yokoi Kinkoku (1761-1832) en una colección dedicada a los poetas y sus haikús (ed. 1820). Incluye, caligrafiado, el famoso haiku: «Un viejo estanque Una rana que salta: el sonido del agua».
Retrato de Bashō, pintado por Yokoi Kinkoku (1761-1832) en una colección dedicada a los poetas y sus haikús (ed. 1820). Incluye, caligrafiado, el famoso haiku:
«Un viejo estanque
Una rana que salta:
el sonido del agua».
Véase también
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Matsuo Bashō (Ueno, 1644-Osaka, 28 de noviembre de 1694) fue un caminante y poeta japonés considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku, junto a Yosa Buson, Kobayashi Issa y Masaoka Shiki.

  • «Hay muchos que escriben versos, pero pocos que se atienen a las reglas del corazón».[2]
  • «Hierbas de estío:
    ruinas son de sueños
    de paladines».[3]
  • «No sigas las huellas de los antiguos. Busca lo que ellos buscaron».[4]
  • «Si hay un extraño placer en imaginar el paisaje velado por la lluvia, más hermoso nos parecerá bajo un cielo despejado».[5]

Haikus de Bashō citados por otros autores

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  • «Bajo un mismo techo
    durmieron las cortesanas,
    la luna y el trébol».[6]
  • «Habiendo enfermado en el camino,
    mis sueños
    merodean por páramos yermos.[7]
  • «Un viejo estanque;
    al zambullirse una rana,
    ruido del agua».
    [Furuike ya / Kawazu / tobikomu / mizu / no / oto] (1686).[8][9]

Citas sobre Bashō, por autor

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  • «A un pimiento / añadidle alas: / ¡una libélula roja!».[10]
  • «Bashoo estaba más interesado en el espíritu de la poesía china y japonesa clásica que en su forma».[11] «[Todo indica que] Bashō concibe la enseñanza del haiku como un camino de vida (...) y en el seno de la naturaleza, se trata de encontrar nuestra propia naturaleza».[12]
  • «Casi todo el aroma de Basho se ha perdido en la traducción».[13]
  • «En atuendo de viajante,
    una grulla en las lluvias tardías de otoño:
    El venerable maestro Bashoo».[14]
  • «Habiendo pasado Bashoo,
    todavía el año
    no ha atardecido tras él».[15]
  • «Los japoneses creen evidentemente que el poeta francés Rimbaud pueda ser entendido en Japón, pero que Basho, el maestro del haiku, no puede ser comprendio por los no-japoneses».[16]
    • Kuwabara Takeo

Referencias

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  1. Bartra (1994), p. 204.
  2. De una carta de Bashō a su amigo Banzan. Rodríguez-Izquierdo (1972), p. 69.
  3. Basho (1993), p. 71.
  4. Citado originalmente por R. H. Blyth en Haiku vol. I, p. 329. Rodríguez-Izquierdo (1972), p. 68.
  5. Senda de Oku. Basho (1993), p. 85.
  6. Traducción de Octavio Paz. Basho (1993), p. 13.
  7. Comunicado por el propio Bashō a sus alumnos, poco antes de morir, a modo de epitafio. Rodríguez-Izquierdo (1972), pp. 82 y 285.
  8. Considerado por los propios alumnos y seguidores de Bashō como el modelo esencial de la ‘estética haikai’, donde el maestro utiliza «una imagen visual para captar el momento de la verdad». Ver: Rodríguez-Izquierdo (1972), pp. 76-81.
  9. Ueda, Makoto. The Master Haiku Poet, Matsuo Bashō. Tokyo: Kodansha International, 1982. ISBN 0-87011-553-7. Página 138.
  10. Bartra (datos.bne). Frases y citas célebres. Grijalbo. p. 204. ISBN 8425315263. 
  11. Rodríguez-Izquierdo (1972), p. 67.
  12. Rodríguez-Izquierdo (1972), pp. 71-72.
  13. Basho (1993), p. 15.
  14. Rodríguez-Izquierdo (1972), p. 272.
  15. Rodríguez-Izquierdo (1972), p. 7.
  16. Basho (1993), p. 15.

Bibliografía

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  • Basho, Matsuo; Antonio Cabezas, ed. y trad. (1993). Senda de Oku. Hiperión.  ISBN 978-847517390X