El rubor es «el sonrojo, enrojecimiento del rostro provocado por la vergüenza, y por extensión la vergüenza o turbación del ánimo».[1]

Citas de rubor, ruborizarse, etc.

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  • «Asusta pensar que la amistad deba ruborizarse para nacer».
    [Il est des craintes que l’amitié doit rougir de concevoir][2]
  • «El rubor es hermoso pero resulta a veces incómodo». [Bello è il rossore, ma è incomodo qualche volta.][3]
  • «El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no siente vergüenza por nada».[4]
  • «El rubor [sonrojo] puede ser nuestra última nobleza, cuando ya el silencio parece haber dejado de ser nuestra última y triste virtud».[5]
  • «Los melocotones tienen el rubor de una niña inocente y las ricas tonalidades de un paisaje italiano».[7]
  • «Una carta no se ruboriza».
    [Epistola enim non erubescit].[10]

Referencias

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  1. Diccionario de la RAE
  2. Claire d’Albe, Sophie Cottin, éd. Ménard et Desène fils, 1824, t. Œuvres complètes. 1, chap. Lettre XI, p. 167-169.
  3. Goicoechea (1995), p. 663. Dicho en el acto I, ecena 3ª de la ópera Pamela.
  4. Ortega (2013), p. 3690.
  5. Ortega (2013), p. 3691.
  6. Ortega (2013), p. 3690.
  7. Ortega (2013), p. 792.
  8. Ortega (2013), p. 2374.
  9. Ortega (2013), p. 2300.
  10. Epistolae ad familiares [libro V (12.1)]. Goicoechea (1995), p. 98.

Bibliografía

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Enlaces externos

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