Raúl Alfonsín

presidente de Argentina
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Raúl Alfonsín

Véase también
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Raúl Alfonsín (Chascomús, 12 de marzo de 1927-31 de marzo de 2009) fue un abogado, político, estadista y promotor de los derechos humanos argentino, presidente de la Nación Argentina entre 1983 y 1989.

  • «Así, el radicalismo se presenta como lo que es: una corriente histórica argentina que se singulariza por la síntesis afirmativa de las convicciones nacionalistas, populares y democráticas. Nacionalistas, en tanto respeta las autonomías los pueblos y exige la preservación de la autodeterminación argentina y de su propio estilo de vida. Popular, en cuanto afirma la justicia social y consagra al hombre común como protagonista del proceso histórico de transformación. Democrática, porque cree en la soberanía del pueblo como única fuente de legitimidad del poder político, y ha gobernado para las mayorías sin oprimir a las minorías».[1]
  • «Así como antes nos creyó el pueblo argentino porque le aseguramos el respeto a la libertad, a la democracia, a la república y al federalismo, tenemos que actuar con la misma pasión, la misma fuerza, el mismo entusiasmo, el mismo tesón, la misma convicción, el mismo principismo para demostrarle de nuevo al pueblo argentino que estamos dispuestos a luchar para darle el contenido social que le falta a esta democracia, para impedir que unos pocos impongan su criterio al pueblo argentino, para terminar con esta política de la entrega y de la concentración económica».[2]
  • «Hay que hacer la revolución primero de las expectativas y de las esperanzas en la Argentina».
    • Nota: En Balcones de la Casa Rosada, Casa Rosada, 26 de abril de 1985.[3]
  • «De nuestra parte, tengan la seguridad no hemos llegado a este gobierno para ser un intervalo más entre un gobierno militar y otro gobierno militar, seríamos los frustrados de ésta hora. Vamos a afianzar esta democracia en la Argentina, con el auxilio de ustedes, con el auxilio de los que creen en la paz, con el auxilio de los que creen en la moral pública, con el auxilio de los que odian la violencia como forma de acceso al poder, cualquiera sea la forma en que se pretenda».
    • Nota: En Balcones de la Casa Rosada, Casa Rosada, 26 de abril de 1985.[3]
  • «La democracia necesita apuestas superadoras, que le den al país una alternativa dentro del marco de amplitud indispensable para arribar a los consensos básicos, siempre, por supuesto, buscando afirmar los valores de la libertad, que asegure la igualdad y afirmen los principios republicanos».[4]
  • «Los militares deben recordar que son servidores de la República y no sus amos. Y en vez de guardar las urnas deben guardar mejor el patrimonio nacional y los derechos humanos».[5]
  • «Otros países han estado en peores situaciones que nosotros, ciudades devastadas, y levantaron sobre ellas nuevas ciudades. Europa y Japón estaban destruidas hace 40 años y hoy están entre los países más ricos de la tierra. Nosotros podemos hacer lo mismo. Podemos hacer lo mismo en la medida en que nos mantengamos unidos, en la medida en que afiancemos los valores de la democracia, en la medida en que estemos absolutamente persuadidos que no necesitamos que nadie nos venga a decir de afuera lo que tenemos que hacer».
    • Nota: En Balcones de la Casa Rosada, Casa Rosada, 26 de abril de 1985.[3]
  • «Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones, a los mandos del Ejercito para que no se procediera a la represión... y hoy podemos todos, dar gracias a Dios, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina».[6]
  • «Siempre creí y así lo dije en tantas oportunidades que es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la autoreferencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones. Sigan a ideas, no sigan a hombres, fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática».
    • Nota: En Casa Rosada, al cumplirse 25 años del retorno de la democracia a la Argentina.[7]

Referencias

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