José Hierro

poeta español
José Hierro
«Escribes aquello que no sabías que sabías»
«Escribes aquello que no sabías que sabías»
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José Hierro (Madrid, 3 de abril de 1922-ibidem, 21 de diciembre de 2002) fue un poeta español.

Citas editar

  • «Escribes aquello que no sabías que sabías».[1]
  • «Llegué por el dolor a la alegría».[3][4]
  • «Si fuera para jóvenes les contaría algo de lo que sé. Si fuese para personas más curtidas, les contaría algo de lo que no sé».[1]

Citas sobre poesía editar

  • «Cada poema constituye un fracaso, y por eso mismo, es un estímulo para seguir escribiendo».[5]
  • «El problema de la poesía nace de los colegios. No se enseña a leer con los oídos, sólo con los ojos».[6]
  • «El ritmo es lo que hace a la poesía persuasiva y no informativa».[7]
  • «La poesía se escribe cuando ella quiere».[7]
  • «La poesía sirve para decir aquello que no se puede decir».[1]
  • «Soy de los que consideran la poesía como una fe en la vida».[7]
    • Fuente: Prólogo a la poesía del momento, 1957.
  • «Únicamente con verdad no se escribe poesía; hay que persuadir».[7]

Versos-cita editar

  • «Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar».[8]
    • En Poemas de Agenda, 1991.[9]
  • «Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca».
  • «Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo».
  • «Sé que si busco al que fui no lo encontraré (...) Pero toco la alegría, porque aunque todo esté muerto yo aún estoy vivo y lo sé».
    • Poema «Fé de vida».[13]
  • «Un instante vacío de acción puede poblarse solamente de nostalgia o de vino».
    • En «Teoría y alucinación de Dublín».[14]
  • «Venecia de vidrio rosa, Roma con cabellos de fuentes. Florencia y Siena, Nápoles y Pisa, Boticelli, Giotto, Tiziano, cipreses y palacios, canales, Miguel Ángel, frutos, palomas, Donatello, qué van a ser sin tí, si eras tú quien les dabas vida, sentido, magia».
    • En «Viaje a Italia»[15]

Sobre el autor editar

  • «Era estimulante encontrarlo, trajinando de aquí para allá, en los pasillos amplios y umbrosos de la Casa de la Radio. Un día, alguien le llevó uno de sus libros de poemas, Agenda, para que se lo firmara en el café, donde el poeta comía su menú rápido. El metió los dedos en el vaso de morapio y dibujó un paisaje marino. Luego, pidió un boli y escribió algo enérgicamente. Con esa facha de vándalo de orejas desabrochadas que tenía, las cejas enarcando, severas, un par de ojos de carbunclo».[16]

Referencias editar

  1. 1,0 1,1 1,2 «José Hierro». europapress.es. 14/08/2000. Consultado el 15 de marzo de 2019. 
  2. Albaigès (1997), p. 258.
  3. menciones en Google Libros.
  4. Hierro (1990), p. 45. «Alegría».
  5. Albaigès (1997), p. 521.
  6. Hierro, José. «José Hierro». eleconomista.es. Consultado el 15 de marzo de 2019. 
  7. 7,0 7,1 7,2 7,3 Albaigès (1997), p. 66.
  8. «"Lope. La Noche. Marta", de José Hierro». El hacedor de suenos. Biblioteca del IES Goya (Zaragoza). 05.11.2017. Consultado el 15 de marzo de 2019. 
  9. Del poema Lope. La Noche. Marta, dedicado a Marta de Nevares, el último amor de Lope de Vega.
  10. Hierro (1990), p.48.
  11. En Albaigès (p. 296), aparece escrito como «El que ha sentido una vez entre sus manos / temblar la dicha /nunca podrá morir».
  12. Tag de menciones en Google Libros.
  13. Hierro (1990), p. 58.
  14. Hierro (1990), p. 129.
  15. Hierro (1990), p. 156.
  16. Semblanza en línea

Bibliografía editar

  • Hierro, José (1990). Antología poética. Alianza Editorial.  ISBN 8420604739.