Diferencia entre revisiones de «Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo)»
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* «—Cada día, señores, la [[literatura]] es más ''escrita'' y menos hablada. La consecuencia es que dada día se escriba peor, en una prosa fría, sin gracia, aunque no exenta de corrección, y que la [[oratoria]] sea un refrito de la palabra escrita, donde antes se había enterrado la palabra hablada. En todo orador de nuestros días hay siempre un [[periodista]] chapucero». <ref>''Habla Juan de Mairena a sus alumnos''. En {{Versalita|Machado}} (2009), I, p. 53; y {{Versalita|Machado I}} (1973), I, p. 7.</ref>
* «[[Carlos Marx]]
* «Después de la [[verdad]], nada hay tan bello como la [[ficción]]. Los grandes [[poetas]] son [[metafísica|metafísicos]] fracasados. Los grandes [[filósofo]]s son poetas que creen en la realidad de sus poemas».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XXII, p. 155; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXII, p. 101.</ref>
* «El ademán garboso nos ha perdido. Yo os aconsejo que habléis siempre con las manos en los bolsillos».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XXIX, p. 190; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXIX, p. 133.</ref>
* «El [[Cristo]] —decía mi maestro— predicó la [[humildad]] a los poderosos. Cuando vuelva, predicará el [[orgullo]] a los humildes. De sabios es mudar de consejo».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XXXIX, p. 246; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXXIX, p. 186.</ref>
* «... enseñarle [al hombre] a repensar lo pensado, a desaber lo sabido y a dudar de su propia duda, que es el único modo de empezar a creer en algo».<ref>Finalidad y paradoja de la ''Escuela de Sabiduría'' de Mairena. {{Versalita|Machado}} (2009), XXXV, p. 226; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXXV, p. 167.</ref>
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* «Imaginad un mundo en el cual las piedras pudieran elegir su manera de caer y los hombres no pudieran enmendar, de ningún modo, su camino, obligados a circular sobre rieles. Sería la zona [[infierno|infernal]] que [[Dante]] habría destinado a los [[determinismo|deterministas]]. Políticamente, sin embargo, no habría problemas. En ese mundo todos los hombres sería [[liberalismo|liberales]]; y las piedras... seguirían siendo [[conservadurismo|conservadoras]]».<ref>"Mairena fantasea". {{Versalita|Machado}} (2009), XI, p. 102; y {{Versalita|Machado I}} (1973), p. 52.</ref>
* «La [[inseguridad]], la [[incertidumbre]], la [[desconfianza]], son acaso nuestras únicas verdades».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XLIV, p. 272; y {{Versalita|Machado II}} (1973), XLIV, p. 27.</ref>
* «La [[libertad]] señores (habla Mairena a sus alumnos), es un problema metafísico. Hay, además, el ''liberalismo'', una invención de los [[Inglaterra|ingleses]], gran pueblo de marinos, boxeadores e [[ironía|ironistas]]».<ref>"De política". {{Versalita|Machado}} (2009), III, p. 64; y {{Versalita|Machado I}} (1973), p. 17.</ref>
* «Leyendo a [[Nietzsche]], se diría que es el [[Cristo]] quien nos ha envenenado. Y bien pudiera ser lo contrario: que hayamos nosotros envenenado al Cristo en nuestras almas».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XLI, p. 257; y {{Versalita|Machado II}} (1973), XLI, p. 13.</ref>
* «Mairena entendía por ‘[[folklore]]’, en primer término, lo que la palabra más directamente significa: [[saber]] [[popular]], lo que el pueblo sabe, tal como lo sabe; lo que el pueblo piensa y siente, tal como lo siente y piensa, y así como lo expresa y plasma en la lengua que él, más que nadie, ha contribuido a formar».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XXII, p. 156; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXII, p. 101.</ref>
* «Preguntadlo todo, como hacen los niños. ¿Por qué esto? ¿Por qué lo otro? ¿Por qué lo de más allá? En [[España]] no se dialoga porque nadie pregunta, como no sea para responderse a sí mismo. Todos queremos estar de vuelta sin haber ido a ninguna parte. Somos esencialmente paletos».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XLII, p. 262; y {{Versalita|Machado II}} (1973), XLII, p. 18.</ref>
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* «Si alguna vez cultiváis la [[crítica]] literaria o artística, sed benévolos. Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin o conformidad con lo inepto, sino voluntad del bien, en vuestro caso, deseo ardiente de ver realizado el milagro de la belleza. Sólo con esta disposición de ánimo la crítica puede ser fecunda.».<ref>Montero Padilla, José. [https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/junio_04/10062004_02.htm «Antonio Machado y sus opiniones sobre la crítica literaria». ''Rinconete''. 10 de junio de 2004.] En Centro Virtual Cervantes. Consultado el 23 de abril de 2020.</ref>
* «Vivimos en un mundo esencialmente [[apócrifo]], en un cosmos o poema de nuestro pensar, ordenado o construido todo él sobre supuestos indemostrables (...) Lo apócrifo de nuestro mundo se prueba por la existencia de la lógica (...) Y el hecho —digámoslo de pasada— de que nuestro mundo esté todo él cimentado sobre un supuesto que pudiera ser falso, es algo terrible, o consolador. Según se mire».<ref>{{Versalita|Machado}} (2009), XXIII, p. 158; y {{Versalita|Machado I}} (1973), XXIII, p. 104.</ref>
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