Tauromaquia

técnica de lidiar toros

La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, taūros toro, y μάχομαι, máchomai luchar) se define como «el arte de lidiar toros», tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce. Su expresión más moderna y elaborada es la corrida de toros, una fiesta que nació en España en el siglo XII y que se practica también en Portugal, sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica.

Pedro Romero matando a toro parado en un grabado de Goya.
  • «Al fin, amigo lector, me arrojo a presentaros mi Tauromaquia, que la contemplo digna de vuestro gusto, de vuestra atención, y de vuestra diversión: lo primero, porque el Toreo es generalmente aplaudido; lo segundo porque es característico de la nación española, y lo ha executado y executan sus mas lucidos é ilustres brazos. Y lo tercero, porque todos gustan ver los Toros, ya por el conjunto de objetos tan gratos que reúnen estas fiestas, y ya por los lances, contrastes, y acasos que contienen las lidias». [1]
  • «...La tauromaquia, que en realidad es una terrible y colosal pantomima de feroz y trágica belleza, en la cual se dan reunidos y perfeccionados los elementos estéticos de la equitación y de la esgrima, así como la ópera produce juntos los efectos de la música y de la poesía».[2]
  • «Nadie me ha insultado con más fruición, saña y fanatismo como las que ejercen los antitaurinos con su beatífica máscara de antiviolentos. Pero [...] cuanta mayor presión desplieguen, al igual que los cristianos de la Roma antigua, más vigor y sentido adquirirá la tauromaquia. Con los toros intentaron acabar algunos papas y hasta poderosos monarcas. El resultado está a la vista: cada vez hay mayor número de ganaderías y se torea mejor».[3]
  • «Ser figura del toreo es estar dispuesto a morir dieciocho o veinte tardes por lo menos con tal de que no se vaya el toro sin cuajarle una buena faena».[4]
 
Cuadro realizado en 1506 y atribuido al pintor flamenco Jacob van Laethem del séquito de Felipe el Hermoso, titulado Corrida de toros en Benavente en honor de Felipe el Hermoso.

Digresiones

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  • «El toro de lidia, llamado toro bravo, es según los zoólogos, una variedad del Bos Taurus Ibericus y se encuentra solamente en España, Portugal, y sur de Francia, así como en algunos países americanos -especialmente Méjico, Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador-, a donde fueron llevados para poder celebrar corridas y donde se han formado diversas ganaderías, cuyas sangres son refrescadas de vez en cuando con nuevos sementales importados desde España».[5] «Y a la mitología hay que acudir para adentrarnos en la historia y leyenda de ese animal magnífico que es el toro de lidia, porque sus orígenes siempre han sido exaltados desde la más remota antigüedad, quizás para justificar de una manera metafórica su destino al sacrificio».[6]

Véase también

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Referencias

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  1. Delgado, Josef (alias Illo). La Tauromaquia ó arte de torear: obra utilisima para los toreros de profesion, para los aficionados, y toda clase de sugetos que gustan de Toros. Edit. Manuel Ximenez Carreño, calle Ancha, 1796. Procedencia del original: Universidad de Oxford. Digitalizado: 26 febrero 2007. pp. 3 y 4.
  2. Historia de las ideas estéticas en España, hasta el siglo XVII, cap. XII.[ref. incompleta] Ríos Ruiz (1997), p. 96.
  3. Adiós Cataluña, pág. 280. [referencia incompleta]
  4. María Mérida: Ordoñez, Antonio. La torería. Ed. Juan Ignacio Alonso, para 'La torería', 1999; p. 76.
  5. Ríos Ruiz (1997), p. 18.
  6. Ríos Ruiz (1997), p. 15.

Bibliografía

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Enlaces externos

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