Rosi Braidotti

filósofa y feminista contemporánea italoaustraliana
Rosi Braidotti

Véase también
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Rosi Braidotti (Latisana, 28 de septiembre de 1954) es una filósofa italo-australiana.

Opiniones editar

  • A los filósofos nos acusan de usar jerga, simplemente porque logramos expresar con el lenguaje ordinario lo extraordinario.[1]
  • El concepto ‘humano’ siempre ha tenido una carga de relaciones con el poder, de exclusión y de inclusión. Nunca ha sido un concepto neutro ni inclusivo. Hoy, más que nunca, la noción de ser humano está en evolución. El ser humano debe definirse a sí mismo en un contexto de cuarta revolución industrial, con la explosión de la ciencia y la tecnología.[2]
  • Hemos desarrollado nuevas posibilidades fascinantes, como por ejemplo la manipulación genética, pero nuestros valores, nuestras representaciones y nuestras formas de comprender todavía están atadas a concepciones antiguas del ser humano. Tenemos que ser valientes y discutir conjuntamente, de forma democrática y crítica, en qué queremos convertirnos. [2]
  • Las grandes transformaciones sociales han provocado mucha infelicidad y descontento y estamos en una era de populismo, ira y violencia política. Y en este contexto la teoría no está muy bien considerada. Los teóricos son vistos como especuladores y su tarea se considera inútil, y mientras dejamos que las noticias falsas y los hechos alternativos se extiendan. La reputación de los académicos es muy baja en épocas populistas. Necesitamos poner fin a estos ataques a las universidades, a los académicos y a los expertos. Tenemos que desarrollar una cultura del respeto por el conocimiento. [2]
  • Necesitamos abrir el sentido del concepto «identidad» hacia las relaciones con una multiplicidad, con los otros. Por oposición a la idea de identidad como algo completamente cerrado, ya formado y estático. Somos sujetos en construcción, siempre estamos convirtiéndonos en algo. [2]
  • No podemos seguir considerando al humano como una excepción, sino situado en un proceso de múltiples relaciones. Y no quiero sonar como una vieja hippie, pero respirar [[aire puro es una relación. Beber agua limpia es una relación con los recursos de la [[tierra. Existe una fuerte dimensión ecosófica en este tipo de comprensión híbrida, nómada, no unitaria del ser humano. Una que produce el gran alivio de comprender que solo somos parte del mundo, no una conciencia trascendental que se cree el jefe de la creación. Esa es una pesadilla paranoica.[1]
  • Solo tengo admiración para mujeres como Emma Watson o Angelina Jolie y, en general, para todas las que salen a la palestra para hablar de feminismo, porque corren muchos riesgos. No veo porqué no podríamos construir un frente unido con ellas. Criticar ese tipo de feminismo está un poco pasado de moda y también tiene que ver con cierto esnobismo intelectual. Si asumimos la complejidad de la existencia contemporánea tenemos que admitir mayores grados de pluralidad.[1]

Referencias editar

  1. 1,0 1,1 1,2 Fernández, Lola. 13 de junio de 2018. “La izquierda no ha querido saber nada del feminismo: lo descarta como un movimiento cultural”. CTXT. Consultado en 23 de julio e 2020.
  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 Andrés, Iu. 2 de abril de 2019. Necesitamos una transformación radical, siguiendo las bases del feminismo, el antirracismo y el antifascismo. CCCBLAB. Consultado el 23 de julio de 2020.