Minoría es la «cualidad de menor». También define el «menor número de votos conformes en una votación», o la «parte menor de las personas que componen una nación, ciudad o cuerpo».[1]

  • «Hay que pensar como la minoría y hablar como la mayoría».[5]
  • «La democracia sustituye las designaciones que efectúa una minoría corrompida por las elecciones que efectúa mayoría competente».[6]
  • «La primera obligación de los que quedan en minoría es volver se mayoría».[7]
  • «La riqueza es un poder usurpado por la minoría para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho».[8]

Reflexiones

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  • «Ibsen afirmó que la minoría siempre tiene la razón. Quizá esto es una verdad a medias, pero en lo que se refiere a la libertad de los niños, la mayoría ha estado equivocada. Mucho tiempo después de mi muerte, la minoría que cree en la libertad será amordazada y odiada por las mayorías silenciosas».[10]
  • «La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento, sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración».[11]
    • Immanuel Kant
    • En Filosofía de la historia: qué es la ilustración.
  • «La propia existencia de mayorías y minorías es indicativa de un estado inmoral. Ya concluimos que el hombre cuyo carácter armoniza con la ley moral es aquel que puede obtener la total felicidad sin disminuir la felicidad de sus semejantes. Pero la promulgación de acuerdos por votación implica una sociedad compuesta por hombres con un carácter diferente; implica que los deseos de algunos no pueden satisfacerse sin sacrificar los deseos de otros; implica que, en la búsqueda de su felicidad, la mayoría inflige una cierta dosis de infelicidad a la minoría; implica, por tanto, inmoralidad orgánica. Así, desde otro punto de vista, volvemos a percibir que incluso en su forma más equitativa, para el gobierno es imposible disociarse del mal; y aún más, que aunque se reconozca el derecho a ignorar al Estado, sus actos deben ser criminales en esencia».[12]

Locuciones

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  • «minorías»

Ver también

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Referencias

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  1. Diccionario de la RAE.
  2. En la tumba de un niño (1882). Panegírico (8 de enero de 1882)
  3. Ortega (2013), p. 1594.
  4. Granados Atlaco, Miguel Ángel. Derecho penal electoral mexicano, p. 16. Editorial Porrúa, 2005. ISBN 9789700756028.
  5. Palomo, Eduardo. Cita-logía, pág. 227. Punto Rojo Libros, 2013. ISBN 9788416068104.
  6. Ortega (2013), p. 1115.
  7. Albaigès (1997), p. 374.
  8. Ortega (2013), p. 3664.
  9. Albaigès (1997), p. 201.
  10. Neill, Alexander Sutherland (1976). Autobiografía. Neill! Neill! Orange peel!. Fondo de Cultura Económica. 1ª ed. p. 236. ISBN 9789681672225. 
  11. Revista de crítica literaria latinoamericana, Números 67-68. Colaborador Dartmouth College. Department of Spanish and Portuguese. Latinoamericana Editores, 2008. Página 13. En Google Libros. Consultado el 9 de febrero de 2021.
  12. «The Right to Ignore the State». Spencer, Herbert. «El derecho a ignorar al Estado.» En: Social Statics (1851). Mises Institute. Consultado el 18 de junio de 2019.

Bibliografía

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  • Albaigès, José María (1997). Un siglo de citas. Planeta.  ISBN 8423992543.
  • Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)
  • Señor, Luis (2005). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.

Enlaces externos

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