Manuel Azaña

jefe del estado de España durante la Segunda República
Manuel Azaña
«La libertad no hace felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres».
«La libertad no hace felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres».
Véase también
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Manuel Azaña Díaz (Alcalá de Henares, 10 de enero de 1880-Montauban, Francia, 3 de noviembre de 1940) fue un político y escritor español.

  • «Cada hombre es un misterio impenetrable en vida y en muerte».[1][2]
  • «Creo que la democracia es en España el único procedimiento para alumbrar las aguas vivas que corren sepultadas todavía en lo profundo del pueblo español».[3]
  • «En España la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro».[4]
  • «En Madrid las tonterías arraigan mejor que las acacias».[5]
  • «España ha dejado de ser católica».[6][7]
  • «La libertad no hace felices a los hombres; los hace, sencillamente, hombres».[8][9]
  • «La posición de un hombre político se determina de esta manera: una tradición corregida por la razón».[10]
  • «Las cosas grandes que uno quisiera hacer, los hombres pequeños las estorban».[11]
  • «Lo que da el ser religioso de un país, de un pueblo y de una sociedad no es la suma numérica de creencias o de creyentes, sino el esfuerzo creador de su mente, el rumbo que sigue su cultura».[12]
  • «No me importa que un político no sepa hablar, lo que me preocupa es que no sepa de lo que habla».[4]
  • «Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito».[13]
  • «Querer dirigir el país, en la parte que me tocase, con estos dos instrumentos: razones y votos. Se me han opuesto insultos y fusiles. En paz sea dicho».[14][15]
  • «Si a quien se le da el voto no se le da la escuela, padece una estafa. La democracia es fundamentalmente un avivador de la cultura».[16][17]
  • «Si los españoles hablásemos de lo que entendemos, y nada más, habría un gran silencio, que podríamos aprovechar para el trabajo».[18]
  • «Si triunfara un movimiento de fuerza contra la República, recaeríamos en una dictadura militar y eclesiástica de tipo español tradicional. Por muchas consignas que traduzcan y muchos motes que se pongan. Sables, casullas, desfiles militares y homenajes a la Virgen del Pilar. Por ese lado, el país no da otra cosa». (6 de octubre de 1937)[15]
  • «Tengo de mi raza el ascetismo y del Diablo la soberbia».[19]
  • «Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere, pero estos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco atribuyéndoselo a Negrín».[20]

Discursos

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  • «... Cuando los españoles puedan emplear en cosa mejor este extraordinario caudal de energías (...) sustituirán la gloria siniestra y dolorosa de la guerra. Y entonces se comprobará, una vez más, lo que nunca debió ser desconocido por los que lo desconocieron: que todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río». [Barcelona, 18 de julio de 1938].[21][22]
  • «Todos cabemos en la República, a nadie se proscribe por sus ideas; pero la República será republicana, es decir, pensada y gobernada por los republicanos, nuevos o viejos, que todos admiten la doctrina que funda el Estado en la libertad de conciencia, en la igualdad ante la ley, en la discusión libre, en el predominio de la voluntad de la mayoría, libremente expresada. La República será democrática, o no será».[16]
  • «… y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que les hierve la sangre iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su lección: la de esos hombres, que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: Paz, Piedad y Perdón».[23]
  • «Yo no soy patriota. Este vocablo que hace más de un siglo significaba la revolución y libertad ha venido a corromperse y hoy manoseado por la peor gente incluye la acepción, más relajada de los intereses políticos y expresa la intransigencia, la intolerancia y la cerrazón mental».[24][25]

Citas sobre Azaña

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  • «Siempre, cada vez que evoque su infancia, la misma metáfora: Manuel Azaña se recuerda en los días de su niñez y adolescencia, sobre todo, como un devorador de libros».[26]

Referencias

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  1. Señor (1997), p. 281.
  2. Parafraseando quizá a Sófocles cuando decía: «Muchas cosas hay misteriosas, pero ninguna tan misteriosa como el ser humano».Señor (1997), p. 286.
  3. Conferencia en Bilbao, 21 de abril de 1934. «Azaña en la oposición: 1933-1936». Gobierno de España - Ministerio de la Presidencia. Consultado el 2023-01-05. 
  4. 4,0 4,1 El Campesino, un volcán indomable. Santiago Peláez Pérez. Sekotia, en línea; 2022. ISBN 8411312186, 9788411312189.
  5. España contra pronóstico: De cómo conquistamos nuestras libertades y del cuidado que requieren. Aguilar, Miguel Ángel. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2013. ISBN 9788403013421. Página 42. En Google libros. Consultado el 4 de junio de 2021.
  6. Titular en el diario El Sol, miércoles 14 de octubre de 1931..
  7. Contexto: Discurso en el Congreso el 13 de octubre de 1931. «...no puede exceder de los límites de la conciencia personal; es un problema político, de constitución del Estado. Se trata de organizar el Estado de acuerdo con una premisa que la proclamación de la República convierte en axioma: España ha dejado de ser católica». Cita comentada en diarios del siglo XXI (listado Google)
  8. Señor (1997), p. 316.
  9. Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. Página 2429; ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)
  10. Discurso en las Cortes el 27 de mayo de 1932. Menciones en GLibros.
  11. Señor (1997), p. 253.
  12. Discurso en la Cortes el 13 de octubre de 1931. Menciones en GLibros.
  13. Pronunciada el 18 de julio de 1936, al recibir la noticia de la sublevación militar que provocó la guerra civil española. en línea
  14. Conversación con Fernando de los Ríos, 17 de junio de 1937
  15. 15,0 15,1 «Presidente en Guerra: 1936-1939». Gobierno de España - Ministerio de la Presidencia. Consultado el 2023-01-05. 
  16. 16,0 16,1 Alocución en el mitin republicano de la Plaza de Toros. Madrid, 28 de septiembre de 1930. «Intelectual en la Edad de Plata de la cultura española: 1911-1931». Gobierno de España - Ministerio de la Presidencia. Consultado el 2023-01-05. 
  17. Apelación a la República, 1924
  18. Mori, Arturo. Crónica de las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española, p. 97. Ed. Aguilar, 1932. En Google Books. Consultado el 6 de junio de 2019.
  19. Septiembre de 1933. Menciones en GLibros.
  20. https://www.larazon.es/espana/20201103/lgu2zwwmjbgqliuxqn66imldgu.html
  21. Melián, Ibiza. Historias de un pueblo: Para los enemigos la ley, para los amigos el favor. Ibiza Melián, 2017. En Google Books
  22. Marco, José María. Azaña, p. 119. Ministerio de Cultura. En Google Books. Consultado el 6 de junio de 2019.
  23. Discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Barcelona, 18 de julio de 1938«Presidente en Guerra: 1936-1939». Gobierno de España - Ministerio de la Presidencia. Consultado el 2023-01-05. 
  24. Manuel Azaña: Discursos políticos, edit. de Santos Juliá; Grupo Planeta (GBS), 2004. menciones ISBN 9788484324805.
  25. Carrillo, Santiago. La lucha continúa: La memoria política y social de uno de los padres de la democracia española. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2012. ISBN 9788403013254.
  26. Juliá Díaz, Santos (2008). Vida y tiempo de Manuel Azaña (1880-1940). Madrid: Taurus; pág. 27.

Bibliografía

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  • Azaña, Manuel (2022). La velada de Benicarló. Francisco Caudet y Manuel Azaña y Díaz. Cátedra. ISBN 9788437644714. 
  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543.