Un heraldo es un «mensajero, emisario, enviado, o figuradamente aquello que anuncia algo que va a suceder (el heraldo de la muerte, de la paz), sinónimo de anuncio, preludio, señal, etc.».[1]

Citas en verso

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  • «Breve es tu vida. El sol te mata, pero eres el principio.
    Heraldo de luz,
    ésa es tu cruz».[5]
  • «Grito hecho perla por el desaliento
    de saber que si llega a un alma ajena,
    ésta, sin escucharlo, le condena
    por vergonzoso heraldo del tormento».[6]
  • «Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé! (...)
    Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
    o los heraldos negros que nos manda la Muerte».[7]

Referencias

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  1. Diccionario de la RAE
  2. César Oliva en El Teatro Español Ante el Siglo XXI. Ed. Sociedad Estatal Espana Nuevo Milenio, 2002; página 108; ISBN 9788495486356. Otra versión/traduc: «El destino no manda heraldos. Es harto sabio o cruel para hacerlo».
  3. En Mucho ruido y pocas nueces (acto 2.°, esc. 1.ª) (traduc. de Matías de Velasco y Rojas, en Pensamientos, máximas, aforismos y definiciones en Shakespeare. Ed. M. Minuesa, 1879; Madrid (pp. 24-25). En GLibros'.
  4. Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. p. 371. ISBN 8423992543. 
  5. Final de Lucero en «La Porteña», 1915. Menciones en GLibros.
  6. Versos de "A una lágrima". Menciones en GLibros.
  7. Vallejo, César (1966 (2ª ed.)). Los heraldos negros. Losada. p. 9. . Ver menciones en GLibros.

Enlaces externos

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