Sandra Ferrinni es sobreviviente de trata de personas con fines de explotación sexual, activista y presidenta de la Asociación Civil Sí a la Vida.

Citas editar

  • «Yo tengo que decir algo, porque alguien va a hacer el comentario: “ella se fue sabiendo...”; sí, yo me fui en un momento en que la gente sabía que yo ya estaba en la calle, pero me fui con la promesa de que a los seis meses volvía y dejaba de hacerlo. Y cuando llegué allá entré en el túnel del horror porque era todo muy diferente».
  • «Yo tendría que haber sido niña, no fui niña ni adolescente».
  • «Quienes pagan por sexo son perpetradores; no me gusta decir la palabra cliente porque no somos mercadería, hay que erradicar esa palabra».
  • «Bajábamos al salón de las cuatro de la tarde hasta las cuatro de la mañana. Teníamos media hora para comer una sola comida en el día. No podías llamar por teléfono ni comprarte unas medias. El único contacto era con los perpetradores, tenía siete minutos para estar con ellos. Y hacíamos tres turnos con hasta 30 hombres cada uno».
  • «Sabía que era linda porque la gente siempre me lo decía, pero no me gustaba mi cuerpo porque no era mío. Que no era mío va por dos cosas: yo no tenía pechos y me inyectaron aceite de avión. Eso me produjo una enfermedad con el tiempo y me tuvieron que hacer una mastectomía. La antigua gestión nunca me hizo la reconstrucción, nunca hubo una cama para mí. Y también porque era el cuerpo de quien me pagara. Yo tenía que ponerme en la posición que ellos querían y hacer lo que ellos querían».
  • «Creo que llegué a lo que yo quería, a tener mucha gente sintiéndome hablar de este tema, estuve en un congreso con 8.800 personas que fueron a escucharme. (Fundación Sandra Ferrini). No he logrado tener un hogar para las sobrevivientas de explotación sexual, porque el gobierno anterior no me ayudó en nada. Me quisieron aplastar, es muy diferente hablar con las sobrevientes que leer un libro; para nosotras el libro viene escrito en nuestra piel y en nuestra sangre. Se creen mejores porque tienen estudios, pero yo creo que la voz de las sobrevivientes tiene que ser algo muy importante».
  • «En la película Tan frágil como un segundo hay una escena (varias de las chicas representan diferentes momentos de mi vida) que yo cuando la veo lloro. Es un hombre que le dice vos sos mi P-U-T-A, y eso es una cosa que yo detestaba; yo por dentro decía: ‘yo soy mía’, pero no podía decírselo a ellos».
  • «Ninguna mujer nació para ser una persona en situación de prostitución, ninguna para ser humillada, manoseada, vejada, mil veces penetrada; aunque hasta ella misma crea que lo hace por voluntad propia, siempre estará siendo forzada, si no es por un proxeneta, por una razón extrema. Se dice que es dinero fácil pero no lo es, nadie sabe todo lo que está pasando dentro de una habitación, que deja heridas y secuelas irreparables a nivel físico, económico y mental».
  • «Cuando tenía doce años, me hicieron los pechos con aceite de avión. El dolor que yo pasé cuando me los hicieron. Me agarraban de los brazos y me inyectaban con una aguja de caballo. Yo era chatita y me quedaron unos pechos enormes. Yo no quería ese cuerpo. Yo quería el cuerpo de niña».
  • «Para mí, el servicio sexual no es un trabajo porque te penetran, te abusan, te humillan, te desnudan. Yo estaba en situación de prostitución forzada, de explotación, pero no era un trabajo».
  • «El libro sobre mi biografía romperá cadenas invisibles con respecto a la trata de personas, que es el negocio más grande del mundo junto con la droga y el tráfico de armas.Ojalá sirva para que se busque a todas las desaparecidas, porque la trata, mata. Yo estoy viva de milagro. Pero he vivido para poder contarlo».