Rosario Castellanos

escritora y diplomática mexicana
Rosario Castellanos
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Rosario Castellanos (Ciudad de México, 25 de mayo de 1925 – Tel Aviv, Israel, 7 de agosto de 1974) fue una escritora mexicana.

Citas editar

  • «El arte tiene, ante todo, el deber de ser arte. Como fenómeno social que es, puede teñirse de propaganda política, religiosa, etc., pero esta propaganda no será de ninguna manera eficaz si no se subordina a las exigencias estéticas».[1]
  • «El hombre es un animal de soledades».[2]
  • «La despedida es lo único que sabemos del cielo. Y no necesitamos nada más del infierno».[3][4]
  • «La palabra amor se usa con demasiada frecuencia y con demasiada inexactitud.Mueve el cielo y los astros, ilumina las páginas más puras, ¡pero con qué facilidad se presta para enmascarar las pasiones infinitas, los egoísmos atroces y aun los crímenes!».[5]
  • «No es que el poeta busque la soledad, es que la encuentra».[6]

The Selected Poems of Rosario Castellanos (1989) editar

  • «Hablo no por la boca de mis heridas.»
  • «Hechizada, contemplo el milagro de estar/como en el centro puro de un diamante.»
  • «Nadie está solo. Nadie.»
  • «¡Cómo canta la tierra cuando gira!/Canta la ligereza de su vuelo,/su libertad, su gracia, su alegría.»
  • «no te bebas de un sorbo la alegría.»
  • «No es posible sino soñar, morir,/soñar que no morimos/y, a veces, un instante, despertar.»
  • «palabras que los vientos dispersan como pétalos»
  • «Heme aquí, ya al final, y todavía/no sé qué cara le daré a la muerte.»
  • «sonríe ante un amanecer sin nadie.»
  • «¿Qué se hace a la hora de morir? ¿Se vuelve/la cara a la pared?/¿Se agarra por los hombros al que está cerca y oye?/¿Se echa uno a correr, como el que tiene/las ropas incendiadas, para alcanzar el fin?»
  • «El otro. Con el otro/la humanidad, el diálogo, la poesía, comienzan.»
  • «Lo que soñó la tierra/es visible en el árbol.»
  • «ternura, la palabra pequeña, familiar/que cabía en mi boca.»
  • «Adiós para la tierra que en mi torno bailaba.»
  • «mi corazón, lugar de las hogueras,/y mi cuerpo que siempre me acompaña.»
  • «He venido, feliz como los ríos,/cantando bajo un cielo de sauces y de álamos/hasta este mar de amor hermoso y grande./Yo ya no espero, vivo.»

Referencias editar

  1. Ortega (2013), p. 461.
  2. Ortega (2013), p. 2122.
  3. Poesía no eres tú: obra poética: 1948-1971. Fondo de Cultura Económica, 1972; pág. 225.
  4. Otras atribuciones: a Emily Dickinson, según León Deneb: Espejos de tinta: con la mirada de Borges. Ed. Biblioteca Nueva, 2006; p. 144; ISBN 9788497426008.
  5. Ortega (2013), p. 218.
  6. Ortega (2013), p. 3336.

Bibliografía editar