Rosa Chacel

escritora española de la Generación del 27
Rosa Chacel
«Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?»
«Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?»
Véase también
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Rosa Chacel (Valladolid, 3 de junio de 1898-Madrid, 7 de agosto de 1994) fue una escritora española miembro de la generación del 27.

Citas editar

  • «Claro que hay que romper las barreras, pero ¿con qué ariete?».[1][2]
  • «Lamentar las rejas de la cárcel una vez cumplida la condena no tiene ningún sentido». [3]

Meditaciones y fragmentos literarios editar

  • «Cuando la obra de arte tiene ya volumen, se establece una relación erótica entre ella y el artífice. Y en esta fase el artista no sólo hace con su amor la obra, sino que con la obra hace el amor». [4]
  • «Empiezo por confesar mi orgullo más pueril, el de haber nacido en el 98. Aunque ese adjetivo, pueril, es por mi parte demasiada precaución. Prefiero decir, simplemente, mi orgullo, que puede parecer pueril. A mí no me lo parece, en mi auténtico fondo, porque yo rechazo estos tópicos vigentes en nuestros días, tales como "Me trajeron al mundo sin consultarme". "yo no tengo la culpa de haber nacido", etc. Todo esto me es ajeno. Yo tengo la culpa - si esto es culpa, y hace tiempo dijimos que es delito - de haber nacido porque siento el principio de mi vida como voluntad».[5]
  • «En el amanecer fue la palabra, y toda crónica, todo relato tienen su alba, su origen. Se puede tomar la historia por el final, por el medio o por el principio, pero el género autobiográfico priva la genealogía y el contar la vida desde el nacimiento». [6]
  • «Eso es, un cuerpo a lo único que puede parecerse es a un alma. Y cuerpo y alma ¿a quien se parecen? ¡Ah!... Y, si se parecen a Él, ¿por qué no se parecen un poquito más?
    El caso es que cuanto más pienso en la semejanza, más grande la encuentro. ¡Se parecen! ¡Nos parecemos! Lo que vi en el espejo fue su belleza reflejada en mí. Esa belleza era como la mano de la que se desprende Adán. Sí. Adán, dormido, cae como un fruto de la belleza de Dios. Y luego... Luego, después de habernos quitado la belleza de los dioses, se nos dejó al fin ver a nuestro Dios desnudo... pero muerto».[7]
  • «...Heredé las fórmulas familiares, religión, moral y costumbres de mis antepasados, pero eso no informó más que el cimiento de mi sistema personal. Lo básico, claro está, eso no puedo negarlo, pero aunque básico y soterrado, su categoría es la de apoyo, no la fórmula, como todo lo anterior».[8]

Referencias editar

  1. Albaigès (1997), p. 502.
  2. Artículos. Volumen 4 de Obra completa: Artículos II, Rosa Chacel, ISBN 9788478520039. Página 412. Editor Ana Rodríguez Fischer. Centro de Creación y Estudios Jorge Guillén, 1993.
  3. Albaigès (1997), p. 329.
  4. Albaigès (1997), p. 18.
  5. en línea.
  6. "Cuadernos hispanoamericanos" nº 390, diciembre, 1981, p. 645. y Rosa Chacel: premio nacional de las letras españolas, 1987.Página 16. Anthropos Editorial, 1990. ISBN 9788476582169
  7. En La sinrazón,página 14. Volumen 4 de Ambitos literarios: Premios nacionales de las letras españolas. Anthropos, 1990.
  8. Desde el amanecer. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788426404503. en línea.

Bibliografía editar

  • Albaigès, Josep María (1997). Un siglo de citas. Planeta. ISBN 8423992543.