Primera epístola de Pedro
La Primera epístola de Pedro es una carta que anima a los cristianos a ser vigilantes y a aguantar las pruebas con fidelidad. Escrita en Babilonia por el apóstol Pedro, con Silvano como amanuense, alrededor de 62-64 E.C. [1]
Citas
editarBendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque, según su gran misericordia, nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, 4 a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes, 5 que están resguardados por el poder de Dios mediante la fe para una salvación [que está] lista para ser revelada en el último período. 6 En este hecho ustedes están regocijándose en gran manera, aunque ahora, por un poco de tiempo, si tiene que ser, han sido contristados por diversas pruebas,
- 1: 3-6, Traducción del Nuevo Mundo
- así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo.
Humíllense bajo la mano poderosa de Dios, para que él los eleve en el momento oportuno.
7 Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes.
8 Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar.
9 Resístanlo firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes.
- Pero, después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, el Dios de toda bondad inmerecida, que los llamó a su gloria eterna en unión con Cristo, terminará él mismo el entrenamiento de ustedes; él los hará firmes, él los hará fuertes.
- 1 Pedro 5:10, Traducción del Nuevo Mundo
Referencias
editar- ↑ Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen II, Pedro, Cartas de, páginas 625-628