Luis Ignacio Helguera
poeta y ensayista mexicano (1962-2003)
Luis Ignacio Helguera | |||||||||||
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Luis Ignacio Helguera (Ciudad de México, 8 de septiembre de 1962 - 11 de mayo de 2003), fue un poeta, narrador y ensayista mexicano.[1]
Citas
editar- «Con frecuencia, soñamos cuando escribimos y, a veces, escribimos cuando soñamos. Redactar sólo se puede con la mano, pero se escribe con todo el cuerpo, con el ser entero.»[2]
- «Definitivamente la invención del último día de la semana encontró ya a Dios cansado, aburrido, falto de inspiración y lucidez».[3]
- «El mar: única monotonía que no cansa».[4]
- «El velorio es una fiesta sin anfitrión».[5]
- «El virtuosismo doméstico, civilizado, de la mujer moderna recuerda a veces el sacrificio primitivo de las mujeres a los dioses. Sólo que antiguamente los hombres inventaban causas más elevadas que el altar de las escobas».[6]
Sobre el ajedrez
editar- «El ajedrez es la única manera civilizada de hacerle la vida imposible al prójimo».[7]
- «El ajedrez nos recuerda que el mundo es un conjunto de posibilidades casi infinitas y que hay que irse por una».[7]
- «El ajedrez es el dominio ideal del tímido, del solitario, del escéptico, del desencantado».[7]
- «EI ajedrez es un juego autista, y sin embargo, todo depende de lo que haga el otro».[7]
Frases y aforismos musicales
editar- «Confieso casi con vergüenza que lo único que me gusta escuchar inmediatamente después de la música que amo es el silencio, porque sólo en el silencio se expande a sus anchas la impresión total que deja la composición, su sabor, sus mejores momentos, sus últimos compases». [8]
- «Era Rachmaninov un gran oso ruso, con garras complacidas en meter en desafíos técnicos a los virtuosos del piano y “un ceño de seis y medio pies de altura”, decía Stravinsky, a quien Rachmaninov, más que conversar con él, regalaba frascos de miel. Oso hosco, silencioso, levemente gruñón, que, según su mujer, temía a los baños y no gustaba de paseos ni juegos, con la excepción lógica y rusa del ajedrez. Su música apasionada, romántica por antonomasia, conmueve, confesémoslo, aunque, como decía Rubinstein, empalague a veces».[9]
Referencias
editar- ↑ «Biografía de Luis Ignacio Helguera». México: Instituto Nacional de Bellas Artes. Consultado el 30 de septiembre de 2014.
- ↑ Helguera, Luis Ignacio (2010). De cómo no fui el hombre de la década y otras decepciones. Tumbona. ISBN 978 607 7534 18 1.
- ↑ Helguera, Luis Ignacio (12 de marzo de 2014). «Luis Ignacio Helguera». Algarabía. Consultado el 3 de octubre de 2014.
- ↑ Lapidario: antología del aforismo mexicano (1869-2014). Página 266; recopil. Hiram Barrios, 2014.
- ↑ Cayuela Gally, Ricardo (Junio de 2003). «Luis Ignacio Helguera, in memoriam». Letras Libres.
- ↑ Perucho, Javier (1 de diciembre de 2010). «Un siglo de aforismos mexicanos». Nexos. Consultado el 30 de septiembre de 2014.
- ↑ 7,0 7,1 7,2 7,3 Helguera, Luis Ignacio (Mayo-Agosto de 1996). «Astillas del tablero». Biblioteca de México (45-46): 9. ISSN 0188-476X. Consultado el 3 de octubre de 2014.
- ↑ Helguera, Luis Ignacio (Enero de 1993). «Lo que se escucha en los conciertos». Vuelta/Letras Libres. Consultado el 5 de octubre de 2014.
- ↑ Helguera, Luis Ignacio (Abril-junio 2003). Sobre Rachmaninov. INBA/CONACULTA.