Jorge Rafael Videla

presidente de facto de Argentina

Jorge Rafael Videla (Mercedes, Buenos Aires, 2 de agosto de 1925-Marcos Paz, 17 de mayo de 2013) fue un militar y dictador argentino, designado presidente de facto de Argentina durante el Proceso de Reorganización Nacional entre 1976 y 1981.

Videla (1976)
  • 'No hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas'.[1]
  • 'Los enemigos de ayer están en el poder y desde él intentan establecer un régimen marxista, a la manera de Gramsci, que puede estar satisfecho de sus alumnos'.[2]
  • 'Finalmente, la falta de capacidad de las instituciones (...) condujo a una total parálisis del Estado, frente a un vacío de poder incapaz de dinamizarlo. Profundamente respetuosas de los poderes constitucionales (...) las Fuerzas Armadas hicieron llegar, en repetidas oportunidades, serenas advertencias sobre los peligros que importaban tanto las omisiones como las medidas sin sentido. Su voz no fue escuchada.[3]
    • Fuente: Fragmento del discurso de Jorge Rafael Videla al asumir la presidencia, el 30 de marzo de 1976. Diario La Nación, 31 de marzo de 1976.
  • 'La Argentina es un país occidental y cristiano, no porque está escrito así en el aeropuerto de Ezeiza; la Argentina es occidental y cristiano porque viene de su historia'.[4]
  • 'Quiero recordarles a mis camaradas, principalmente a los más jóvenes, que hoy promedian las edades de 58 a 68 años, que aún están en aptitud física de combatir, que en caso de continuar sosteniéndose este injusto encarcelamiento y denotación de los valores básicos ameriten el deber de armarse nuevamente en defensa de las instituciones básicas de la República'.[5]
  • 'El terrorismo no es sólo considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por atacar a través de ideas contrarias a nuestra civilización occidental y cristiana a otras personas'.[6]
    • Fuente: Eduardo Blaustein y Martín Zubieta
  • 'Los argentinos somos derechos y humanos'.[7]
  • 'Si no están, no existen, y como no existen no están. Los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos'.[8]
  • 'Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace. Yo acepto la voluntad de Dios. Creo que Dios nunca me soltó la mano'.[9]
  • 'Nuestro momento peor, hablo para los militares, es con la llegada de los Kirchner al gobierno'.[10]

Referencias

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