Jenofonte

historiador, militar y filósofo de la Antigua Grecia (c. 431 a.C.-354 a.C.)
Ξενοφῶν
Jenofonte
«Interrogar es enseñar».
«Interrogar es enseñar».
Véase también
Biografía en Wikipedia.
Multimedia en Wikimedia Commons.
Obras en Wikisource.
Datos en Wikidata.
Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 2378 años.

Jenofonte (en griego Ξενοφῶν, 431 a. C. - 354 a. C.). fue un historiador y filósofo de la Antigua Grecia.

  • «Con favores se conquista a los espíritus pequeños; a los nobles se les gana con afecto».[1]
  • «El elogio es la más dulce de las músicas».[2]
  • «El hombre cuerdo y prudente sabe sacar provecho incluso de sus enemigos».[3]
  • «El mando y señorío es de aquellos que ganaron la batalla».[4]
  • «Interrogar es enseñar».[5]
  • «La agricultura, para un hombre honorable y de alto espíritu, es la mejor de todas las ocupaciones y artes por medio de las cuales un hombre puede procurarse el sustento».[6][7]
  • «La naturaleza femenina no es en nada inferior a la del hombre, excepto por su falta de fuerza y vigor».[8]
  • «Las leyes que no están escritas son las que, iguales en todos los países, llevan en todas partes las mismas prescripciones».[9]
  • «Los adivinos, mientras anuncian el futuro a los otros, no prevén lo que les espera a ellos».[10]
  • «Los ricos que no saben usar sus riquezas son de una pobreza incalculable, porque es pobreza de espíritu».[11][12]
  • «Mejor, más justa, santa y suave cosa es acordarse de los bienes recibidos que de los males».
    [Καλόν γε χαί δίχαιον χαί ὄσιον χαί ἤδιον τὧν άγαθὧν μἇλλον ἤ τὧν χαχὧν μεμνᾗσθαι].[13]
  • «No hay cosa más honrosa ni alegre en la vida, que dejar memoria de vuestros dichos y hechos a los que deseáis que os recuerden».[14]
  • «No puede existir un valor digno de alabanza si no va acompañado por la prudencia. Pues todo lo que entre los hombres carece de buen sentido, no puede ser más que maldad e injusticia».[15]
  • «Sin concordia no puede existir ni un estado bien gobernado ni una casa bien administrada».[16]

Diálogos

editar
  • —«Pero, Sócrates, ¿Cómo podría darse tanta importancia a unas leyes o a su obediencia, cuando a menudo los mismos que las promulgaron las rechazan y las cambian?».
    —«¿No sabes que los mejores gobernantes de las ciudades son los que consiguen inspirar en los ciudadanos una mayor obediencia a las leyes, y que la ciudad en la que sus ciudadanos más respetan las leyes es la más feliz en la paz y la más irresistible en la guerra?».[17]

Referencias

editar
  1. Ortega (2013), p. 105.
  2. Bartra (1994), p. 149.
  3. Ortega (2013), p. 1456.
  4. Señor (1997), p. 439.
  5. Bartra (1994), p. 149.
  6. Ortega (2013), p. 116.
  7. Bartra (1994), p. 149.
  8. Bartra (1994), p. 149.
  9. Bartra (1994), p. 149.
  10. Bartra (1994), p. 149.
  11. Señor (1997), p. 148.
  12. Ortega (2013), p. 3662.
  13. Goicoechea (1952), p. 212. En la Anábasis, V, 8, 26.
  14. Ortega (2013), p. 1687.
  15. Ortega (2013), pp. 3481 y 3770.
  16. Señor (1997), p. 426.
  17. Pregunta de Hipias a Sócrates. Según Jenofonte. Recuerdos de Sócrates - Económico - Banquete - Apología de Sócrates. Ed. y trad: Juan Zaragoza. Editorial Gredos; p. 179.

Bibliografía

editar
  • Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)
  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543.