Diferencia entre revisiones de «Hildegarda de Bingen»

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* «Cuando el diablo engañoso supo que el hombre, por inspiración de Dios, había empezado a cantar [...], se sintió aterrorizado y atormentado y se dio a reflexionar y a averiguar [...] cómo podría en adelante no sólo multiplicar en el corazón de los hombres las sugerencias malvadas y pensamientos inmundos o diversas distracciones, sino incluso en el corazón de la Iglesia, a través de disensiones y escándalos o mediante órdenes injustas, perturbando o impidiendo la celebración y la belleza de la divina alabanza y de los himnos espirituales. Por eso, vosotros y todos los prelados debéis reflexionar con extrema vigilancia, y antes de cerrar con vuestra sentencia la boca de alguien que en la Iglesia canta las alabanzas de Dios al suspenderlo y prohibirle recibir los sacramentos, antes de hacer todo eso, debéis examinar con cuidado las causas por las que lo hacéis, pensando sobre ellas con la mayor atención».<ref>Caso (2006), p. 57.</ref>
** Carta en respuesta a la excomunión en 1179.
 
* «En la misma visión, entendí los escritos de los profetas, de los Evangelios y de los demás santos y de algunos filósofos, sin haber recibido instrucción de nadie, y expuse ciertas cosas basadas en ellos, aunque apenas tenía conocimientos literarios, al haberme educado como mujer poco instruida».<ref>Caso (2006), p. 40.</ref>
** Nota: Refiriéndose a sus años de juventud.
 
* «En mi tercer año de edad, vi tal luz que mi alma se sintió estremecida, pero debido a mi corta edad, no pude decir nada». <ref>Caso (2006), p. 25.</ref>
 
* «¡Oh, figura femenina, cuán gloriosa eres!».<ref name=caso23>Caso (2006), p. 23.</ref>