Diferencia entre revisiones de «Baruch Spinoza»

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Ortografía; mantenimiento
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* «Comprender es el principio de aprobar».<ref>{{Versalita|Palomo Triguero}}, Eduardo. ''Cita-logía'', p. 69. Editorial Punto Rojo Libros, S.L. ISBN 978-84-16068-10-4.</ref>
 
* «Comprendí que las [[Ley|leyes]] reveladas por Dios a [[Moisés]] no fueron otra cosa que el [[derecho]] particular del [[Estado]] hebreo y que, por tanto, ningún otro tenía [[obligación]] de aceptarlas, y que incluso ellos mismos sólo estaban sujetos a ellas, mientras durara su Estado».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy'', p. 147. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.</ref>
 
* «Concluimos, pues que el pacto no puede tener fuerza alguna, sino en razón de la [[utilidad]], y que, suprimida ésta, se suprime ''ipso facto'' el pacto y queda sin valor. Por tanto, es necio pedir a alguien que no sea siempre fiel a su [[promesa]] si, al mismo tiempo, no se procura conseguir que al que rompa el pacto contraído le siga de ahí más [[daño]] que [[utilidad]]. Esta [[doctrina]] debe aplicarse ante todo en el momento de organizar un estado».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 119.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político''.
 
* «Los hebreos creyeron que su reinado era el [[reino de Dios]] y que sólo ellos eran [[Hijo|hijos]] de Dios, mientras que las otras naciones eran [[Enemistad|enemigos]] de Dios, hacia las que sentían el [[odio]] más [[Violencia|violento]]».<ref>''Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica'', volumen 37, p. 169. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Escuela de Filosofía. Editor Universidad de Costa Rica, 1999. Procedencia del original: Universidad de Michigan. Digitalizado: 4 de junio de 2009, p. 169.</ref>
 
===D===
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* «De ahí que sueñen que en la [[Sagradas Escrituras]] se ocultan profundísimos [[Misterio|misterios]] y que se fatiguen en [[Investigación|investigar]] semejantes absurdos descuidando toda otra utilidad, y cuanto descubren en semejantes delirios, lo atribuyen al [[Espíritu Santo]] y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana que, cuanto conciben los hombres por el [[entendimiento]] puro, lo defienden con sólo el entendimiento y la razón, y cuanto opinan en virtud de sus [[Sentimiento|sentimientos]] también lo defienden con ellos».<ref>{{Versalita|Maestro}}, Jesús G. ''Contra las Musas de la Ira: El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura''. Editorial Grupo Helicón, 2014. ISBN 9788478485659, p. 127; nota 127.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico-político'' [VII, 1], 1670/1986: 194.''
 
* «De donde resulta que ninguna [[sociedad]] puede subsistir sin [[autoridad]], sin [[fuerza]] y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de [[placer]] y los impulsos desenfrenados».<ref>{{Versalita|Hermosa Andújar}}, Antonio. ''La teoría del estado de Spinoza'', p. 53. Editorial Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1989.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político'', V''
 
* «Dios no tiene derecha ni izquierda, ni se mueve ni está parado, ni se halla en un lugar, sino que es absolutamente [[infinito]] y contiene en sí todas las perfecciones».<ref>{{Versalita|Rúspoli}}, Enrique. ''La marca del exilio: La Beltraneja, Cardoso y Godoy'', p. 150. Ediciones Temas de Hoy, 1992. Procedencia del original: Universidad de California. Digitalizado: 30 enero 2007. ISBN 9788478801541.</ref>
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* «El [[deseo]] es la esencia misma del hombre, en cuanto se concibe determinada a actuar sobre algo, merced a cualquier afección dada a la propia esencia».<ref name="apedes">{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de. ''Ética''. Edición reimpresa. Editorial UNAM, 1977. ISBN 9789685804332, p. 201.</ref>
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I'' I.
 
* «El Estado más violento será, pues aquel en que se niega a cada uno la libertad de decir y enseñar lo que piensa, y será, en cambio, moderado aquel en que se concede a todos esa misma libertad».<ref name="abrama">Abraham, Tomás. ''La máquina Deleuze: Tomás Abraham y el seminario de los jueves''. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2011. ISBN 9789500734615.</ref>
 
* «El fin del estado no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas sino lograr más bien que su alma y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que con ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad». <ref name="abrama"/>
 
* «El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría consiste en una meditación no sobre la muerte, sino a propósito de la vida». <ref>Spinoza, Benedictus de. ''Spinoza : Obras completas'', p. 325. Traducido por Juan B. Bergua. Edición anotada. Editor Ediciones Ibéricas y L.C.L., 1966. ISBN 9788470830112. p. 325.</ref>
 
* «El odio a las otras naciones, era fomentada y alimentada mediante el culto diario [...]» .<ref>Citado en ''Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica'', volumen 37, p. 167. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Editorial Universidad de Costa Rica, 1999. p. 167.</ref>
 
* «El que se arrepiente de una acción es doblemente miserable e impotente». <ref>Spinoza, Benedictus de. ''Obras completas de Spinoza'', Volumen 1. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 103.</ref>
 
* «El objeto de la Escritura no consiste en enseñar las ciencias, sino en inculcar la obediencia». <ref>Citado en ''Homenaje a José Antonio Maravall'', volumen 1, p. 286. Editores María del Carmen Iglesias, José Antonio Maravall, Carlos Moya, Luis Rodríguez Zúñiga, Centro de Investigaciones Sociológicas. Editor Centro de Investigaciones Sociológicas, 1985. ISBN 9788474760958. p. 286.</ref>
 
* «En el Estado democrático, dónde todos deciden, de común acuerdo [communis consensus], vivir solamente según el dictamen de la razón». <ref>Citado en ''Logos: revista de filosofía'', números 79-81, p. 106. Colaborador Universidad La Salle de México. Escuela de Filosofía. Editor Escuela de Filosofía, Universidad La Salle, 1999. p. 106.</ref>
 
* «En el Estado o gobierno donde la suprema ley es la salvación del pueblo y no del que manda, quien obedece en todo a la suprema potestad debe ser considerado súbdito y no esclavo inútil».<ref name="inma">{{Versalita|Tatián}}, Diego; {{Versalita|Torres}}, Sebastián. ''Las aventuras de la inmanencia: ensayos sobre Spinoza'', p. 56. Editores Diego Tatián, Sebastian Torres. Editor Cuadernos de Nombres, 2002.</ref>
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* «Es sumamente raro que los hombres cuenten una cosa simplemente como ha sucedido, sin mezclar al relato nada de su propio juicio».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 305.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico práctico''. 6, 91-92''.
 
* «Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares».<ref>{{Versalita|Izquierdo}}, Agustín. ''La filosofía contra la religión: ideas sobre el ateísmo'', p. 12. Edición ilustrada. EDAF, 2003. ISBN 9788441413375.</ref>
Línea 96:
 
* «La alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor».<ref name="apedes"/>
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I'' I.
 
* «La causa que hace surgir, que conserva y que fomenta la superstición es, pues, el miedo».<ref>Novo Bueno, Ignacio. ''Frases para cambiar tu vida'' 2. Editorial Frases para cambiar Ediciones, 2016. ISBN 9788494406751.</ref>
 
* «La devoción es el amor hacia aquel que admiramos».<ref name="deves">{{Versalita|Spinoza}}, Benedictus de. ''Ética'', p. 206. Edición reimpresa. Editorial UNAM, 1977. ISBN 9789685804332, p. 206.</ref>
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I''.
 
* «La esperanza es una alegría insegura surgida de la idea de una cosa futura o pretérita de cuya realización dudamos en alguna medida».<ref name="deves/>
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I'' I.
 
* «La Escritura suele pintar a Dios a imagen del hombre y atribuirle alma, ánimo, afectos e incluso cuerpo y aliento a causa de la débil inteligencia del vulgo».<ref>{{Versalita|Perdigón Lesmes}}, Cristhian. ''Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica''. Editorial Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 59.</ref>
Línea 111:
 
* «La justicia y la injusticia reciben los nombres de equidad e iniquidad, porque quienes están encargados de dirimir los pleitos, están obligados a tratar a todos por igual, sin acepción de personas, y a defender por igual el derecho».
** Fuente: ''Tratado teológico polítio'', XVI''.
 
* «La suprema ley es la salvación del estado, a la que deben responder todas las demás, tanto humanas como divinas».<ref name="leysup">{{Versalita|Martínez Martínez}}, Francisco José. ''Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa''. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116, p. 307.</ref>
 
* « La tristeza es el paso del hombre de una perfección mayor a una menor».<ref name="apedes"/>
** Fuente: ''Ética, Definiciones de los afectos I'' I.
 
* «La paz es una virtud, un estado mental, una disposición constante en pro de la Benevolencia, la Confianza y la Justicia».<ref>Citado en Cátedra por la Paz. Colaborador Universidad Central de Venezuela. Cátedra Libre por la Paz. Editorial La Universidad, 1988. Procedencia del original: Universidad de Texas. Digitalizado: 23 octubre 2007 ISBN 9789800002377. p. 149.</ref> <ref>Citado en Revista de la Universidad Industrial de Santander: Humanidades, volumen 17, Número 1 - Volumen 18, Número 1, p. 147. Editorial La Universidad, 1988. p. 147.</ref>
 
* «La naturaleza no crea las naciones, sino los individuos, los cuales no se distribuyen en naciones, sino por la diversidad de lenguas, de leyes y de costumbres practicadas, y sólo de estás dos, es decir, de las leyes y las costumbres, puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios».<ref>Martínez Contreras, Jorge ''et al.'' ''El saber filosófico: Antiguo y moderno'', p. 465. Editorial Siglo XXI, 2007. ISBN 9789682326943.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político'', XVII.''
 
* «Las cosas cognoscibles son infinitas».<ref name="idedio"/>
Línea 130:
 
* «Los judíos solían referir a Dios todas aquellas cosas que superaban su capacidad y cuyas causas naturales ignoraban en aquella época».<ref>{{Versalita|Perdigón Lesmes}}, Cristhian. ''Spinoza: El Amor al Conocimiento: Reciprocidad Entre Epistemologia, Teologia y Etica''. Editor Universidad del Rosario, 2010. ISBN 9789587380927, p. 120.</ref>
** Fuente: ''Tratado teológico político'', I, 23.''
 
* «Lo único por lo que se distinguen las naciones entre sí es por la forma de su sociedad y de las leyes bajo las cuales viven y son gobernadas».<ref>''Revista de filosofía de la Universidad de Costa Rica'', Volumen 37. Contribuidores Universidad Nacional (Costa Rica). Departamento de Filosofía, Universidad de Costa Rica. Departamento de Filosofía, Escuela de Filosofía. Universidad de Costa Rica, 1999, p. 169.</ref>
Línea 148:
 
* «Nadie que esté al frente de un estado puede, sin crimen, cumplir sus promesas en detrimento de su estado si ve que algo redunda en detrimento del suyo, no puede cumplirlo sin faltar a la fidelidad prometida a los subditos, que es su máxima obligación [...]».<ref name=leysup/>
** ''Tratado teológico político'', XVI''.
 
* «Ningún milagro nos permite entender ni la esencia ni la existencia ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza».<ref name="midi">Israel, Jonathan I. ''La Ilustración radical: La filosofía y la construcción de la modernidad, 1650-1750''. Traducido por Ana Tamarit. Fondo de Cultura Economica, 2017. ISBN 9786071649034.</ref>
Línea 158:
 
===P===
* «Pero tanto han podido la ambición y el crimen, que se ha puesto la religión, no tanto en seguir las enseñanzas del Espíritu Santo, cuanto en defender las intervenciones de los hombres, más aun, religión no se reduce a la caridad, sino a difundir discordias entre los hombres y a propagar el odio más funesto, que disimulan con el falso nombre de celo divino y de fervor ardiente. A estos males se añade la [[superstición]] que enseña a los hombres a despreciar la razón y la naturaleza y a venerar y admirar únicamente lo que contradice a ambas. No hay, pues, que extrañarse de que los hombres, a fin de admirar y venerar más la Escritura, procuren explicarla de suerte que parezca oponerse de plano a la razón y a la naturaleza. De ahí que sueñen que en las Sagradas Escrituras se ocultan profundísimos misterios y que se fatiguen en investigar semejantes absurdos, descuidando toda otra utilidad; y cuanto descubren en semejantes delirios lo atribuyen al Espíritu Santo y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana, que cuanto conciben los hombres por el entendimiento puro, lo defienden con el solo entendimiento y la razón, y cuanto opinan en razón de sus sentimientos, también los defienden con ellos».<ref>Citado en Maestro, Jesús G. ''Contra las Musas de la Ira: El Materialismo Filosófico como Teoría de la Literatura''. Editorial Grupo Helicón, 2014. ISBN 9788478485659. p. 127; nota 59.</ref>
** ''Tratado teológico político'', VII, I 1670/1986: 194''.
 
* «Por consiguiente, para que se aprecie la fidelidad y no la adulación y para que las supremas potestades mantengan mejor el poder, sin que tengan que ceder a los sediciosos, es necesario conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz [...] esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menores inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».<ref name="midi"/>
Línea 170:
* «Por lo tanto, esclavo es quien esta obligado a obedecer las órdenes del señor y sólo busca la utilidad del que manda».<ref name="inma"/>
* «Pues, como Dios es causa de sí mismo, basta que lo demostremos por sí mismo».<ref>Spinoza, Benedictus de. ''Obras completas de Spinoza'', Volumen 1, p. 158. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 158.</ref>
 
===Q===
Línea 183:
 
* «Según el derecho de naturaleza, nadie está obligado a vivir según el criterio de otros, sino que cada cual es el garante de su propia libertad».<ref>Carvajal y Cámara (2008), p. 327.</ref>
** ''Tratado teológico político'', G.III, 11/15-17.''
 
* «Si hay una idea de Dios, la causa de esta idea debe existir formalmente, y contener en sí misma todo lo que la idea contiene objetivamente».<ref name="idedio">Spinoza, Benedictus de. ''Obras completas de Spinoza'', Volumen 1, p. 128. Editorial Acervo Cultural, 1977. p. 128.</ref>
 
* «Si la potestad suprema prometió a otro hacer algo que, posteriormente el paso del tiempo o la razón le muestra o le parece mostrar que constituye un obstáculo para la común salvación de los súbditos, no hay duda de que tiene que romper dicha promesa».<ref name=leysup/>
** ''Tratado teológico político'', III, 17''.
 
* «Si los hombres pudieran conducir todos sus asuntos según un criterio firme, o si la fortuna les fuera siempre favorable, nunca serían víctimas de la superstición».<ref name="abrama"/>
** ''Tratado teológico político'', Pref., V''.
 
* «Si nadie puede renunciar a su libertad de opinar y pensar lo que quiera, sino que cada uno es, por el supremo derecho de la naturaleza, dueño de sus pensamientos, se sigue que nunca se puede intentar en un estado, sin condenarse a un rotundo fracaso, que los hombres sólo hablen por prescripción de las supremas potestades, aunque tengan opiniones distintas y contrarias».<ref name="abrama"/>
Línea 217:
* «Todo cuanto deseamos honestamente se reduce a estos tres objetos principales, a saber, entender las cosas por sus primeras causas, dominar las pasiones o adquirir el hábito de la virtud y, finalmente, vivir en seguridad y con un cuerpo sano».<ref>Martínez Martínez, Francisco José. ''Autoconstitución y libertad: ontología y política en Espinosa'', p. 149. Anthropos Editorial, 2007. ISBN 9788476588116. </ref>
 
* «Todo lo mejor; no me obligan a hacer nada que yo no hubiera hecho por mi propia cuenta si no temiera escándalo. Pero como lo quieren así, entro alegremente en el camino que se me ha abierto, con el consuelo de que mi partida será más inocente que el éxodo de los primeros hebreos de Egipto».<ref>Nadler, Steven; Nadler, Steven M. ''Spinoza: A Life'', p. 154. Edición ilustrada y reimpresa. Cambridge University Press, 2001. ISBN 9780521002936.</ref>
** Original: «All the better; they do not force me to do anything that I would not have done of my own accord if I did not dread scandal. But since they want it that way, I enter gladly on the path that is opened to me, with the consolation that my departure will be more innocent than was the exodus of the early Hebrews from Egypt».<ref>Nadler, Steven; Nadler, Steven M. ''Spinoza: A Life'', p. 154. Edición ilustrada y reimpresa. Cambridge University Press, 2001. ISBN 9780521002936.</ref>
 
=== V ===