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'''''[[:w:Gaudet Mater Ecclesia|Gaudet Mater Ecclesia]]''''' es el discurso del papa [[Juan XXIII]] con que inauguró los trabajos del [[Concilio Vaticano II]].
 
== Citas del discurso ==
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*Los Concilios ecuménicos, siempre que se celebran, son una afirmación solemne de la unión de Cristo y de su Iglesia y conducen, por eso mismo, a una irradiación universal de la verdad, a la recta dirección de la vida individual, familiar y social; al robustecimiento de las energías espirituales, en elevación constante hacia los bienes verdaderos y eternos (n. 5, p. 990)
 
*Un toque inesperado, un haz de luz de lo alto, una gran suavidad en los ojos y en el corazón; pero al mismo tiempo, un fervor, una gran fervor que con sorpresa se despertó en todo el mundo en espera de la celebración del Concilio (n. 7, p. 990).
* Los Concilios ecuménicos, siempre que se celebran, son una afirmación solemne de la unión de Cristo y de su Iglesia y conducen, por eso mismo, a una irradiación universal de la verdad, a la recta dirección de la vida individual, familiar y social; al robustecimiento de las energías espirituales, en elevación constante hacia los bienes verdaderos y eternos (n. 5, p. 990)
*Mas nos parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos (n. 9, p. 991)
 
*Lo que principalmente atañe al Concilio ecuménico es esto: que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz (n. 13, p. 992)
* Un toque inesperado, un haz de luz de lo alto, una gran suavidad en los ojos y en el corazón; pero al mismo tiempo, un fervor, una gran fervor que con sorpresa se despertó en todo el mundo en espera de la celebración del Concilio (n. 7, p. 990).
*[…] es claro lo que se espera del Concilio, por cuanto a doctrina se refiere. Es decir, el Concilio ecuménico XXI […] quiere transmitir la doctrina pura e íntegra sin atenuaciones que durante veinte siglos, a pesar de dificultades y de luchas, se ha convertido en patrimonio común de los hombres; patrimonio que, aunque no haya sido recibido gratamente por todos, constituye una riqueza para todos los hombres de buena voluntad (n. 14, p. 993)
 
*Una cosa es el depósito mismo de la fe, es decir, las verdades que contiene nuestra venerada doctrina, y otra la manera como se expresa; y de ello ha de tenerse gran cuenta, con paciencia, si fuere necesario, ateniéndose a las normas y exigencias de un magisterio de carácter prevalentemente pastoral (n. 14, p. 993)
* Mas nos parece necesario decir que disentimos de esos profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos (n. 9, p. 991)
*En nuestro tiempo, […] la Esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la misericordia más que de la severidad. Piensa que hay que remediar a los necesitados mostrándoles la validez de su doctrina sagrada más que condenándolos (n. 15, p. 993-994)
 
**Fuente: ''Concilio Vaticano II. Constituciones. Decretos. Declaraciones. Legislación posconciliar'', BAC, Madrid 1967
* Lo que principalmente atañe al Concilio ecuménico es esto: que el sagrado depósito de la doctrina cristiana sea custodiado y enseñado en forma cada vez más eficaz (n. 13, p. 992)
 
* […] es claro lo que se espera del Concilio, por cuanto a doctrina se refiere. Es decir, el Concilio ecuménico XXI […] quiere transmitir la doctrina pura e íntegra sin atenuaciones que durante veinte siglos, a pesar de dificultades y de luchas, se ha convertido en patrimonio común de los hombres; patrimonio que, aunque no haya sido recibido gratamente por todos, constituye una riqueza para todos los hombres de buena voluntad (n. 14, p. 993)
 
* Una cosa es el depósito mismo de la fe, es decir, las verdades que contiene nuestra venerada doctrina, y otra la manera como se expresa; y de ello ha de tenerse gran cuenta, con paciencia, si fuere necesario, ateniéndose a las normas y exigencias de un magisterio de carácter prevalentemente pastoral (n. 14, p. 993)
 
* En nuestro tiempo, […] la Esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la misericordia más que de la severidad. Piensa que hay que remediar a los necesitados mostrándoles la validez de su doctrina sagrada más que condenándolos (n. 15, ppp. 993-994)
** Fuente: ''Concilio Vaticano II. Constituciones. Decretos. Declaraciones. Legislación posconciliar'', BAC, Madrid 1967
 
== Comentarios ==
 
* La alocución inaugural del concilio Vaticano II constituye un acto de relevante significado histórico, ciertamente el más importante del pontificado de Juan XXIII, probablemente uno de los más comprometedores de la Iglesia católica en la Edad Contemporánea.
**{{versalita|Giuseppe Alberigo}}, «Formazione, contenuto e fortuna dell'allocuzione» en {{versalita|Giuseppe Alberigo – Alberto Melloni – Giuseppe Battelli – Stefano Trinchese}}, ''Fede Tradizione Profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II'', Paideia Editrice 1984, p. 187
** {{versalita|Alberigo}}, Giuseppe. «Formazione, contenuto e fortuna dell'allocuzione». En: {{versalita|Alberigo}}, Giuseppe; Alberto {{versalita|Melloni}}; Giuseppe {{versalita|Battelli}}; Stefano {{versalita|Trinchese}}. ''Fede Tradizione Profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II'', Paideia Editrice 1984, p. 187.
*Aquel discurso no buscaba dar a la asamblea un orden del día, sino una prospectiva y una línea de movimiento. Esto era coherente con el modo en que el Papa Roncalli había planeado todo su pontificado, y en particular con la visión del concilio como un «nuevo Pentecostés».
 
**{{versalita|Giuseppe Alberigo}}, «Formazione, contenuto e fortuna dell'allocuzione» en {{versalita|Giuseppe Alberigo – Alberto Melloni – Giuseppe Battelli – Stefano Trinchese}}, ''Fede Tradizione Profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II'', Paideia Editrice 1984, p. 189
* Aquel discurso no buscaba dar a la asamblea un orden del día, sino una prospectiva y una línea de movimiento. Esto era coherente con el modo en que el Papa Roncalli había planeado todo su pontificado, y en particular con la visión del concilio como un «nuevo Pentecostés».
*No obstante la acogida extremadamente favorable que el discurso tuvo por parte de la opinión pública, dentro y fuera de la Iglesia, este incidió solo marginalmente en los decretos conciliares.
** {{versalita|Giuseppe Alberigo}}, «Formazione, contenuto e fortuna dell'allocuzione» en {{versalita|Giuseppe Alberigo – Alberto Melloni – Giuseppe Battelli – Stefano Trinchese}}, ''Fede Tradizione Profezia. Studi su Giovanni XXIII e sul Vaticano II'', Paideia Editrice 1984, p. 187189.
**{{versalita|Giacomo Martina}}, «A proposito di studi recenti su Giovanni XXIII» en ''Rivista di storia della Chiesa in Italia'' 39 (1985), p. 527
 
*La alocución ''Gaudet Mater Ecclesia'' representa una de las expresiones más completas de la visión roncalliana del concilio. El texto del discurso es totalmente debido a Juan XXIII, que busca dar una indicación personal y de autoridad a los padres del Vaticano II, recolocando esta asamblea con la gran tradición conciliar de la Iglesia
* No obstante la acogida extremadamente favorable que el discurso tuvo por parte de la opinión pública, dentro y fuera de la Iglesia, este incidió solo marginalmente en los decretos conciliares.
**{{versalita|Andrea Riccardi}}, «La tumultuosa apertura dei lavori» en {{versalita|Giuseppe Alberigo}} (ed.), ''Storia del concilio Vaticano II'', vol. II: ''La formazione della coscienza conciliare. Ottobre 1962 – settembre 1963'', Il Mulino, Bolonia 1996, ISBN 88-15-05654-8, p. 34-35
** {{versalita|Giacomo Martina}}, «A proposito di studi recenti su Giovanni XXIII» en ''Rivista di storia della Chiesa in Italia'' 39 (1985), p. 527.
 
* La alocución ''Gaudet Mater Ecclesia'' representa una de las expresiones más completas de la visión roncalliana del concilio. El texto del discurso es totalmente debido a Juan XXIII, que busca dar una indicación personal y de autoridad a los padres del Vaticano II, recolocando esta asamblea con la gran tradición conciliar de la Iglesia
** {{versalita|Andrea Riccardi}}, «La tumultuosa apertura dei lavori» en {{versalita|Giuseppe Alberigo}} (ed.), ''Storia del concilio Vaticano II'', vol. II: ''La formazione della coscienza conciliare. Ottobre 1962 – settembre 1963'', Il Mulino, Bolonia 1996, ISBN 88-15-05654-8, ppp. 34-35.
 
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