Diferencia entre revisiones de «Pedro Antonio de Alarcón»

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Línea 25:
:* Fuente Poema ''A mi mujer''.
 
* «La raza judía era como yo la sospechaba, como la tenía en la imaginación, como la había leído en [[Shakespeare]]<ref group="notas">Se refiere al usurero judío [[w:Shylock|Shylock]], célebre personaje de ''El Mercader de Venecia'' de Shakespeare.</ref> y otros poetas».
** Fuente: ''Los judíos y la Segunda República. 1931-1939'' (Anaya Editorial, 2004, ISBN 8420645982).
** Nota: Impresiones durante la guerra de África (1859-1860). Pedro Antonio de Alarcón acompañaba a las tropas durante la toma de Tetuán por el general O'Donell. Es uno de los primeros registros de contacto real entre los descendientes sefardíes de los antiguos expulsados por los decretos de expulsión de los Reyes Católicos [[Fernando II de Aragón]] e [[Isabel la Católica]] y españoles (publicado originalmente en ''[http://books.google.es/books?id=9CCl0zAaYGEC&printsec=frontcover&vq=le%C3%ADdo+en+Shakespeare&source=gbs_navlinks_s#v=onepage&q=&f=false Diario de un testigo de la Guerra de África]'', El Eco de Tetuán, Madrid, 1860, pp. 182 y ss. Citado en ''Los judíos y la Segunda República, 1931-1939'', pp. 38 y 39).
Línea 32:
** Fuente: Poema ''A Granada''.
 
* «Perdónale este agravio<br/>a tu propia locura,<br/>y dispénsame a mí si tal ventura<br/>se atreve a pronunciar trémulo el labio...<br/>Pero lo ví: mi espíritu sin calma<br/>era ya de tu espíritu un reflejo...<br/>Toda mi alma se espació en tu alma,<br/>y en ella vióse como en claro espejo.<br/>Consignado lo dejo:<br/>quizás era una burla del destino<br/>aquel falso espectáculo halagüeño...<br/>Yo sé que todo sueño es desatino,<br/>y el tuyo no pasó de ser un sueño..». <ref>Alarcón, Pedro Antonio de. ''Poesías, serias y humorísticas.'' Editorial Tipografía de G. Estrada, 1870. Procedencia del original: Universidad de Roma "La Sapienza" (Biblioteca Angelo Monteverdi). Digitalizado: 5 Diciembre 2013. p. 28.</ref>
 
* «Si no has de amarme, dime que retire de ti mi admiración; si no he de amarte, haz que nunca te mire». {{fuentesCita requerida}}
 
* «Te miro, y lloro porque no me miras:<br/>me miras, y suspiro<br/>al hallar el desdén en tu mirada:<br/>suspiro, y lloro porque no suspiras,<br/>suspiras ¡ay! Y acongojado miro<br/>que no es por mí... Y así, mujer amada,<br/>no sé si son flores o son abrojos<br/>esos suspiros de tus labios rojos,<br/>ignorando también en mi desdicha<br/>si mi vida o mi muerte son tus ojos». <ref>Alarcón, Pedro Antonio de. ''Dos ángeles caídos''. Editorial Linkgua digital, 2014. ISBN 9788498971842. p. 143.</ref>