Diferencia entre revisiones de «María Arias Bernal»
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Cuando el general Álvaro Obregón llegó a la Ciudad de México en 1914, preguntó quién había cuidado de la tumba del difunto presidente y declaró:
*«No tienen excusa los hombres que pudiendo cargar un fusil se han abstenido de hacerlo, por el temor de abandonar el hogar, las comodidades y los hijos; yo he abandonado a mis hijos huérfanos, y sin vacilar me he puesto al servicio de la causa nacional; pero la prueba de que sé admirar los valores de los demás, es que cedo mi arma a la señorita Arias, porque ella es digna de llevarla; esta arma que ha servido para la defensa de los intereses populares está tan bien en sus manos como lo ha podido estar en las mías».<ref>Lear,John,[http://books.google.com/books?id=u3udWEqwRoQC&pg=PA299 Workers, Neighbors, and Citizens: The Revolution in Mexico City], Nebraska Press, 2001,isbn 0-8032-7997-3, página 299</ref><ref
** Lear,John, Workers, Neighbors, and Citizens: The Revolution in Mexico City,página 299.
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