Diferencia entre revisiones de «Maximilien Robespierre»

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'''Maximiliano Robespierre''' (Arras, 6 de mayo de 1758 - París, 28 de julio de 1794), políticofue uno de los líderes de la [[Revolución francésFrancesa]].
 
== Citas de Robespierre ==
Línea 32:
* «La debilidad, los vicios y los prejuicios son los caminos de la realeza.»
** Ídem, p. 15.
* «Se ha dicho que [[Terror|el Terror]] constituía la fuerza del gobierno despótico. ¿Se parece acaso el vueltro al despotismo? El gobierno de la Revolución es el despotismo de la libertad contra la tiranía. ¿Hasta cuándo se seguirá llamando justicia a la violencia de los déspotas, hasta cuándo a la justicia del pueblo se llamará barbarie o rebelión? ¡Cuánta ternura para con los opresores, cuánta inflexibilidad para con los oprimidos! Todo aquel uqueque no aborrezca absolutamente el crimen no puede amar la virtud: nada hay más lógico que esto. Piedad para la inocencia, piedad para los débiles, piedad para los desdichados, piedad para la humanidad.»
** Ídem, p. 18.
* «Se pretende gobernar las revoluciones con las argucias de palacio; las conspiraciones contra la República siguen los mismos trámites que los procesos comunes. La tiranía mata y la libertad se ve obligada a pleitear; y la ley con que se juzga a los conspiradores se rige por el código que ellos mismos han hecho. La lentitud de los juicios quivale a la impunidad, la fluctuación de la pena estimula a todos los culpables.»
Línea 39:
* «Castigar a los opresores de la [[humanidad]] es clemencia, perdonarlos es [[barbarie]].»
** Ídem, p. 20.
* «Bajo el régimen despótico, todo es ruin, todo es mezquino, la esfera de los vicios, como la de las virtudes, es reducida. El poder de la calumnia se limitaba a dividir a los hermanos, a malquistar a los esposos, a edificar la fortuna de un intrigante sobre la ruina de un hombre honrado. No desataba revoluciones más que en las antecámaras y en los gabineesgabinetes de los reyes: la más noble de sus hazañas consistía en cambiar de puesto a un ministro o en desterardesterrar a un cortesano.»
** En Robespierre, M.: ''Libertad-Igualdad-Fraternidad'', Buenos Aires: Errepar, 2000, cap. II: ''Libertad'', p. 25.
* «Los siglos y la tierra son los despojos del crimen y de la tiranía; la libertad y la virtud apenas se han posado un instante sobre algunos puntos del globo. No creo, sin embargo, que la virtud sea un fantasma, ni creo que haya que desesperar de la humanidad, o dudar un solo momento del éxito de vuestra gran empresa. El mundo ha cambiado, y todavía tiene que cambiar.»
Línea 55:
* «Los hombres de todos los países son hermanos, y los diferentes pueblos deben ayudarse entre sí según su poder, como los ciudadanos de un mismo Estado.»
** Artículo propuesto por Robespierre para ser agregado a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. En Robespierre, M.: ''Libertad-Igualdad-Fraternidad'', Buenos Aires: Errepar, 2000, cap. IV: ''Fraternidad'', p. 75.
[[Archivo:Fête de l'Etre suprême.jpg|300px|miniaturadeimagen|derecha|«El verdadero ministro del Ser Supremo es la Naturaleza; su templo, el universo; su culto, la virtud; sus fiestas, el júbiljúbilo de un gran pueblo reunido bajo sus ojos para estrechar los dulces nudos de la fraternidad universal y para ofrecerle el homenaje de los corazones puros y sensibles.»]]
* «Hay dos clases de [[egoísmo]]. Uno, vil, cruel, que aísla al hombre de sus semejantes, que busca un bienestar exclusivo al precio de la miseria de los demás. El otro, generoso, bienhechor, que confunde nuestra felicidad en la felicidad de todos, que asocia nuestra gloria a la de la patria. El primero engendra los opresores y los tiranos; el segundo, los defensores de la humanidad.»
** Ídem, p. 78.
* «Todas las sectas deben confundirse por sí mismas en la [[Religión]] universal de la Naturaleza, sin necesidad de coacción, sin necesidad de persecución. [...] El verdadero ministro del Ser Supremo es la Naturaleza; su templo, el universo; su culto, la virtud; sus fiestas, el júbiljúbilo de un gran pueblo reunido bajo sus ojos para estrechar los dulces nudos de la fraternidad universal y para ofrecerle el homenaje de los corazones puros y sensibles.»
** Ídem, pp. 80-81.
* «Mi razón, no mi corazón, está a punto de dudar de esta República virtuosa que yo había imaginado.»