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{{Ficha de obra literaria
[[w:Historia de dos ciudades|'''''Historia de dos ciudades''''']] es una novela de [[Charles Dickens]] publicada en 1859.
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| título = Historia de dos ciudades
| obra original = sí
| título original = A Tale of Two Cities
| autor = Charles Dickens
| editorial = Chapman & Hall
| publicación = 1859
| idioma = inglés
| país = Inglaterra
| género = Novela histórica, novela social
| páginas =
| isbn =
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| enlaces externos =
| Wikipedia = Historia de dos ciudades
| Wikicommons = Category:A Tale of Two Cities
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[[w:Historia de dos ciudades|'''''Historia de dos ciudades''''']] es una novela histórica de [[Charles Dickens]], publicada en 1859, ambientada en la Revolución francesa.
=Citas=
 
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[[File:Charles Dickens- A Tale of Two Cities-With Illustrations by H K Browne, 1859.jpg|thumb]]
*"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo."
** Párrafo que abre el libro; es una de las frases más recordadas y citadas de la literatura.
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*Y, sin embargo, en virtud de una ley cuyos efectos contradictorios se observan en semejantes casos, el tiempo adquiría una duración tanto mayor cuanto más rápida parecía su fuga. Un tribunal revolucionario en París; cuarenta o cincuenta mil comités revolucionarios esparcidos por toda la superficie del territorio; una ley de sospechosos que amenazaba la libertad y la vida de todos y entregaba la inocencia y la honradez a merced del furor y del crimen; las cárceles atestadas de individuos inocentes cuyas quejas no eran oídas: tal era el orden vigente, y su aplicación parecía antigua, aunque apenas contara con algunos mese de existencia. Finalmente, dominándolo todo, una horrible figura desconocida hasta hacia poco, era tan familiar a todas las miradas como si hubiese existido desde la creación del mundo: la figura de una mujer afilada llamada Guillotina.
[[File:T2C, Fred Barnard, The Carmagnole (III,5).jpeg|thumb|La carmañola.]]
 
*Se volvían a dar las manos, se tomaban de la cabeza, se separaban uno a uno y dos a dos, y recomponiendo la rueda, la hacían girar en dirección inversa. Hubo una pausa. Cada cual siguió el compás con estrépito; la masa se dividió en filas a lo largo de la calle, y los bailarines de ambos sexos empezaron a correr con la cabeza baja y las manos levantadas, lanzando espantosos alaridos. Ningún combate podía ofrecer un espectacular tan desgarrador como esta diversión degenerada que pasaba de la inocencia a la embriaguez demoníaca, como este pasatiempo saludable convertido en un medio de excitar la sangre. de extraviar el alma y de endurecer el corazón. La gracia que no dejaba de tener lo hacia mas feo aun, y demostraba hasta que punto habían podido rebajarse y pervertirse las cosas mas puras. Aquel pecho virginal, del cual estaba desterrado el pudor, aquella linda cabeza casi infantil, estremecida por la convulsión de una alegría rencorosa, y aquel pie delicado bailando con paso ligero en el fango ensangrentado, representaban la demencia de aquella época desquiciada.
** del baile de "la Carmañola".
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*La especie de fanatismo o de embriaguez que impulsó entonces a varias personas a desafiar orgullosamente a la guillotina y morir en ella no era una simple fanfarronería sino el efecto contagioso del frenesí colectivo. Se ha visto en tiempos de peste que ciertos individuos se ven atraídos por el mal en medio del vértigo y desean la muerte, y todos tenemos misterios ocultos en nuestro pecho que, para manifestarse, necesitan una circunstancia que los evoque.
 
 
=Véase también=
* [[Charles Dickens]]
 
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