Diferencia entre revisiones de «Facundo Cabral»

Contenido eliminado Contenido añadido
ortografía y signos de interrogación
ortografía
Línea 134:
 
Cuando me fui de mi casa, niño aún, mi [[madre]] me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último [[regalo]] que puedo hacerte, el primero fue darte la [[vida]], el segundo la libertad para vivirla.
La oración dilecta de mi [[madre]] decía: Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa, ¡ tanta es tu misericordia, amado Señor!.
 
 
Línea 140:
 
Alguna vez me preguntó mi [[madre]]: ¿cuándo vas a dejar de pelear para comenzar a vivir?, ¡porque no se pueden hacer las dos cosas a la vez!.
Mi [[madre]] creía que el día del Juicio Final el Señor no nos juzgará uno por uno -ardua tarea-, sino el promedio,. yY si juzga el promedio estamos salvados, porque la mayoría es buena gente.
El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso -una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que construyen la vida-.
Diría mi [[madre]]: Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio.