Diferencia entre revisiones de «Biblia»

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HOY día es muy común la idea de que la Biblia no es científica, y algunos señalan a las experiencias de Galileo como prueba de ello. Pero ¿es cierto eso? Al contestar esta pregunta, tenemos que recordar que la Biblia es un libro de profecía, historia, oración, ley, consejo y conocimiento acerca de Dios. No afirma ser un libro de texto científico. Con todo, cuando la Biblia trata asuntos científicos, lo que dice es totalmente exacto.
 
* Nuestro planeta, la Tierra
 
2 Considere, por ejemplo, lo que la Biblia dice acerca de nuestro planeta, la Tierra. En el libro de Job leemos: “[Dios] está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada”. (Job 26:7.) Compare eso con esta declaración de Isaías: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra”. (Isaías 40:22.) El cuadro que aquí se da de una Tierra redonda ‘que cuelga sobre nada’ en “el lugar vacío” nos hace recordar vívidamente las fotografías que han tomado los astronautas de la esfera terrestre flotando en el espacio vacío.
 
3 Considere, además, el sorprendente ciclo del agua en este planeta. Así describe Compton’s Encyclopedia lo que sucede: “El agua [...] se evapora de la superficie del océano y asciende a la atmósfera [...] Las corrientes de aire que se mueven constantemente en la atmósfera de la Tierra llevan hacia los continentes el aire húmedo. Cuando el aire se enfría, el vapor se condensa y forma gotitas de agua. Por lo general se las ve en forma de nubes. Con frecuencia las gotitas se juntan y forman gotas de lluvia. Si la atmósfera está lo suficientemente fría, en vez de gotas de lluvia se forman copos de nieve. Sea en una forma o la otra, el agua que ha viajado centenares o hasta miles de kilómetros desde el océano cae sobre la superficie terrestre. Allí se junta en riachuelos o se filtra en el terreno y empieza su viaje de regreso al mar”1.
 
4 Alrededor de 3.000 años atrás la Biblia describió en términos sencillos y directos este maravilloso proceso que hace posible la vida en tierra seca: “Los ríos van todos al mar, pero el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino”. (Eclesiastés 1:7, Versión Popular.)
 
5 Quizás más notable aún es la perspicacia que se manifiesta en la Biblia sobre la historia de las montañas. Esto es lo que dice un libro de texto sobre geología: “Desde el precámbrico hasta el presente, el proceso perpetuo de edificar y destruir montañas ha continuado. [...] No solo sucede que algunas montañas han surgido del fondo de mares que ya no existen, sino que muchas veces han sido sumergidas mucho tiempo después de haberse formado, y de nuevo han vuelto a elevarse”2. Compare esto con el lenguaje poético del salmista: “Con una profundidad acuosa precisamente como una prenda de vestir la cubriste [a la Tierra]. Las aguas estaban situadas por encima de las montañas mismas. [...] montañas procedieron a ascender, llanuras-valles procedieron a descender [...] al lugar que tú has fundado para ellas”. (Salmo 104:6, 8.)
 
* “En el principio”
 
6 El mismo primer versículo de la Biblia declara: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. (Génesis 1:1.) Por estudios que han hecho, los científicos han teorizado que el universo material sí tuvo comienzo. No ha existido desde siempre. El astrónomo Robert Jastrow, agnóstico en asuntos religiosos, escribió: “Los detalles difieren, pero los elementos esenciales en el relato astronómico y el relato bíblico de Génesis son iguales: la cadena de sucesos que condujo a la aparición del hombre empezó rápida y súbitamente en un momento específico, en un relampagueo de luz y energía”3.
 
7 La verdad es que, aunque muchos científicos creen que el universo tuvo principio, no aceptan la declaración de que “Dios creó”. No obstante, algunos ahora admiten que es difícil pasar por alto la prueba de que hay alguna clase de inteligencia tras todo. Freeman Dyson, profesor de física, comenta: “Mientras más examino el universo y estudio los detalles de su arquitectura, más prueba hallo de que de alguna manera el universo sabía que veníamos”.
 
8 Dyson pasa a reconocer lo siguiente: “Como científico, adiestrado en los hábitos del pensamiento y el lenguaje del siglo XX más bien que del XVIII, no afirmo que la arquitectura del universo pruebe la existencia de Dios. Solo afirmo que la arquitectura del universo es consecuente con la hipótesis de que un elemento mental desempeña un papel esencial en su funcionamiento”4. Su comentario ciertamente revela la actitud escéptica de hoy día. Pero si se pone a un lado ese escepticismo, se nota que hay una extraordinaria armonía entre la ciencia moderna y la declaración bíblica de que “en el principio Dios creó los cielos y la tierra”. (Génesis 1:1.)
 
* La salud y la limpieza
 
9 Considere cómo trata la Biblia otro campo científico: el de la salud y la limpieza. Si a un israelita le salía una mancha en la piel y se sospechaba que fuera lepra, se ponía al israelita en aislamiento. “Todo el tiempo que esté en él la plaga será inmundo. Es inmundo. Debe morar aislado. Fuera del campamento es su morada.” (Levítico 13:46.) Hasta se quemaba la ropa infectada. (Levítico 13:52.) En aquellos días este era un método eficaz de impedir que se propagara la infección.
 
10 Otra ley importante tenía que ver con disponer del excremento humano, que tenía que enterrarse fuera del campamento. (Deuteronomio 23:12, 13.) Sin duda, esta ley protegió a Israel de muchas enfermedades. Aun hoy día, en algunos países el no disponer apropiadamente del excremento humano causa graves problemas de salud. La gente de esos países disfrutaría de mejor salud, por mucho, si tan solo siguiera la ley que hace miles de años se escribió en la Biblia.
 
11 La elevada norma de higiene de la Biblia incluía también la salud mental. Un proverbio bíblico dijo: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne, pero los celos son podredumbre a los huesos”. (Proverbios 14:30.) En los últimos años la investigación médica ha demostrado que la actitud mental realmente afecta la salud física. Por ejemplo, la Dra. C. B. Thomas, de la Universidad Johns Hopkins, estudió durante un período de 16 años a más de mil jóvenes que se graduaron, y notó la relación de sus características sicológicas con la facilidad con que enfermaban. Observó esto: de aquel grupo, las personas más propensas a enfermarse eran las que se encolerizaban con facilidad y las que más se preocupaban cuando estaban bajo tensión5.
 
* ¿Qué dice la Biblia?
 
12 Si la Biblia es tan exacta en lo referente a campos científicos, ¿por qué dijo la Iglesia Católica que era antibíblico el que Galileo enseñara que la Tierra se movía alrededor del Sol? Por la manera como las autoridades interpretaron ciertos versículos bíblicos6. ¿Tenían razón? Leamos dos de los pasajes que citaron, y veamos.
 
13 Un pasaje dice: “Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir”. (Eclesiastés 1:5, Biblia de Jerusalén.) Según el argumento de la Iglesia, expresiones como “sale el sol” y “el sol se pone” significan que el Sol se mueve, y no la Tierra. Pero aun hoy día decimos que el Sol sale y se pone, y sin embargo la mayoría de nosotros sabemos que es la Tierra la que se mueve, no el Sol. Cuando usamos expresiones como esas estamos sencillamente describiendo el movimiento aparente del Sol desde el punto de vista de un observador humano. Eso mismo estaba haciendo el escritor bíblico.
 
14 El otro pasaje dice: “Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás”. (Salmo 104:5, Biblia de Jerusalén.) Esto se interpretó en el sentido de que, después de su creación, la Tierra nunca podría moverse. Sin embargo, en realidad el versículo da énfasis a la permanencia de la Tierra, no a que no pueda moverse. La Tierra nunca será ‘movida’ de modo que pase de la existencia, o sea destruida, como otros versículos lo confirman. (Salmo 37:29; Eclesiastés 1:4.) Además, ese texto no tiene nada que ver con el movimiento relativo de la Tierra ni del Sol. En los tiempos de Galileo fue la Iglesia, y no la Biblia, la que dificultó la libre consideración de asuntos científicos.
 
* La evolución y la creación
 
15 Sin embargo, hay un campo en el que muchos dirían que la ciencia moderna y la Biblia se contradicen sin remedio. La mayoría de los científicos creen en la teoría de la evolución, la cual enseña que todas las cosas animadas evolucionaron de una sencilla forma de vida que existió hace millones de años. La Biblia, por otra parte, enseña que cada gran división de las formas de vida fue una creación especial y se reproduce solo “según su género”, y que el hombre fue creado “del polvo del suelo”. (Génesis 1:21; 2:7.) ¿Es esto un evidente error científico por parte de la Biblia? Antes de decidir, veamos más de cerca lo que la ciencia sabe, en contraste con lo que teoriza.
 
16 Charles Darwin popularizó la teoría de la evolución durante el siglo pasado. Mientras se hallaba en las islas Galápagos, en el Pacífico, Darwin quedó muy impresionado por las diversas especies de pinzones que había en las diferentes islas, especies que, según su deducción, tenían que haber descendido de una sola especie ancestral. En parte debido a esta observación, promovió la teoría de que todas las cosas animadas venían de una forma original sencilla. Afirmó que la selección natural —la supervivencia del más apto— era la fuerza impulsora tras la evolución de las criaturas más elevadas desde las inferiores. Alegó que, gracias a la evolución, los animales terrestres habían procedido de los peces, las aves de los reptiles, y así sucesivamente.
 
17 En realidad lo que Darwin observó en aquellas islas lejanas no estaba en conflicto con la Biblia, que admite la variación dentro de una división o clase abarcadora de criaturas vivas. Por ejemplo, las diferentes razas de la humanidad vienen de un solo par original de humanos. (Génesis 2:7, 22-24.) Por eso, no sería raro el que aquellas diferentes especies de pinzones se derivaran de una especie ancestral común. Pero siguieron siendo pinzones. No cambiaron por evolución para transformarse en halcones ni águilas.
 
18 Ni las diversas especies de pinzones ni ninguna otra forma de vida que Darwin observó probaron que todas las cosas animadas, sea que se trate de tiburones o gaviotas, elefantes o lombrices, tengan un antepasado común. No obstante, muchos científicos afirman que la evolución ya no es solo una teoría, sino que es un hecho. Otros, aunque reconocen los problemas que presenta esa teoría, dicen que, de todos modos, creen en ella. Es popular hacer eso. Nosotros, sin embargo, tenemos que saber si la evolución ha sido probada a tal grado que demuestre sin lugar a dudas que la Biblia esté equivocada.
 
* ¿Está confirmada?
 
19 ¿Cómo puede someterse a prueba la teoría de la evolución? La manera más obvia de hacerlo es examinando el registro de los fósiles para ver si en realidad ocurrió un cambio gradual de una forma de vida animal a otra. ¿Sucedió así? No; y algunos científicos lo admiten honradamente. Uno de ellos, Francis Hitching, escribe: “Cuando uno busca eslabones entre los principales grupos de animales no los halla, porque sencillamente no están allí”7. Tan obvia es esta falta de prueba en el registro fósil que los evolucionistas han propuesto alternativas para la teoría de cambio gradual presentada por Darwin. Sin embargo, la verdad es que la aparición súbita de diferentes clases de animales en el registro fósil apoya mucho más la creación especial que la evolución.
 
20 Además, Hitching muestra que las diversas formas de vida han sido programadas para reproducirse con exactitud, más bien que para transformarse por evolución en otra forma de vida. Dice: “Las células vivas se reproducen con fidelidad casi total. El grado de error es tan insignificante que ninguna máquina de hechura humana puede hacer nada semejante. También tienen restricciones incorporadas en sí. Las plantas alcanzan cierto tamaño y entonces dejan de crecer. Las moscas del vinagre rehúsan convertirse en algo que no sea moscas del vinagre, sin importar lo que se haga para tratar de afectarlas”8. Mutaciones inducidas por científicos durante muchas décadas en moscas del vinagre no pudieron hacer que aquellos insectos se transformaran por evolución en otra forma de vida.
 
* El origen de la vida
 
21 Otra pregunta difícil que los evolucionistas no han podido contestar es: ¿Cómo empezó la vida? ¿Cómo llegó a existir la primera sencilla forma de vida de la cual todos, supuestamente, hemos descendido? Siglos atrás esto no habría parecido ser un problema. En aquel tiempo la mayoría de la gente pensaba que las moscas podían desarrollarse de la carne en descomposición y que de unos trapos viejos podían producirse espontáneamente ratones. Pero hace más de cien años el químico francés Luis Pasteur demostró claramente que la vida solo proviene de vida preexistente.
 
22 Entonces, ¿qué explicación dan los evolucionistas para el origen de la vida? Según la teoría más popular, hace millones de años una combinación casual de sustancias químicas y energía resultó en una generación espontánea de la vida. ¿Y qué hay del principio que probó Pasteur? The World Book Encyclopedia explica: “Pasteur mostró que la vida no puede surgir espontáneamente en las condiciones químicas y físicas que existen hoy en la Tierra. Sin embargo, miles de millones de años atrás las condiciones químicas y físicas de la Tierra eran muy diferentes”9.
 
23 Pero aun en medio de condiciones muy diferentes existe una enorme brecha entre la materia inanimada y la forma de vida más sencilla. Michael Denton, en su libro Evolution: A Theory in Crisis, dice: “No se puede concebir abismo más vasto ni absoluto que el que existe entre una célula viviente y el sistema no biológico más ordenado, tal como un cristal o un copo de nieve”10. La idea de que materia inanimada adquiriera vida por alguna casualidad es tan remota como para ser imposible. La explicación de la Biblia, de que ‘la vida vino de la vida’ porque la vida fue creada por Dios, armoniza convincentemente con los hechos.
 
* Por qué no creación
 
24 A pesar de los problemas inherentes a la teoría de la evolución, hoy se considera anticientífico, hasta excéntrico, creer que hubo creación. ¿A qué se debe esto? ¿Por qué hasta una autoridad como Francis Hitching, quien señala honradamente las debilidades de la evolución, rechaza la idea de que hubiera creación11? Michael Denton explica que la teoría de la evolución, con todas sus fallas, seguirá enseñándose porque las teorías relacionadas con la creación “recurren a causas francamente sobrenaturales”12. En otras palabras, porque el aceptar que hubo creación envuelve creer que hubo un Creador, el concepto es inaceptable. Esta es la misma clase de razonamiento circular que hallamos en el caso de los milagros: ¡no puede haber milagros, pues los milagros son milagrosos!
 
25 Además, la teoría de la evolución misma está bajo profunda sospecha desde el punto de vista científico. Michael Denton pasa a decir: “Puesto que [la teoría darviniana de la evolución] es fundamentalmente una teoría de reconstrucción histórica, no se puede verificar por experimento ni por observación directa como normalmente se hace en la ciencia. [...] Además, la teoría de la evolución trata una serie de sucesos singulares: el origen de la vida, el origen de la inteligencia y así por el estilo. Los sucesos singulares, únicos, no pueden repetirse ni someterse a ninguna clase de investigación experimental”13. La verdad es que, a pesar de su popularidad, la teoría de la evolución está llena de lagunas y problemas. No da ninguna buena razón para rechazar el relato bíblico del origen de la vida. El capítulo 1 de Génesis suministra un relato completamente razonable de cómo estos “sucesos singulares” que “no pueden repetirse” se realizaron durante ‘días’ de creación que se extendieron por miles de años.
 
* ¿Y qué hay del Diluvio?
 
26 Muchos señalan a otra supuesta contradicción entre la Biblia y la ciencia moderna. En el libro de Génesis leemos que hace miles de años la iniquidad de los hombres fue tan grande que Dios decidió destruirlos. Sin embargo, dio instrucciones al justo Noé para que edificara una gran embarcación de madera, un arca. Entonces Dios trajo un diluvio sobre la humanidad. Solo Noé y su familia sobrevivieron, junto con representantes de las diversas formas de la vida animal. El Diluvio fue tan grande que “todas las altas montañas que estaban debajo de todos los cielos quedaron cubiertas”. (Génesis 7:19.)
 
27 ¿De dónde vino toda el agua, de modo que cubriera la Tierra entera? La Biblia misma da la respuesta. Al principio del proceso de la creación, cuando la expansión de la atmósfera empezó a tomar forma, llegó a haber “aguas [...] debajo de la expansión” y “aguas [...] sobre la expansión”. (Génesis 1:7; 2 Pedro 3:5.) La Biblia dice lo que sucedió cuando el Diluvio vino: “Las compuertas de los cielos fueron abiertas”. (Génesis 7:11.) Es obvio que las “aguas [...] sobre la expansión” cayeron y suministraron gran parte del agua inundante.
 
28 Los libros de texto modernos tienden a no considerar la posibilidad de que hubiera un diluvio universal. Por eso tenemos que preguntar: ¿Es el Diluvio sólo un mito, o sucedió en realidad? Antes de contestar esa pregunta, deberíamos notar que adoradores de Jehová de tiempos posteriores aceptaron el relato del Diluvio como historia genuina; no lo consideraron un mito. Isaías, Jesús, Pablo y Pedro estuvieron entre los que hablaron sobre el Diluvio como algo que realmente sucedió. (Isaías 54:9; Mateo 24:37-39; Hebreos 11:7; 1 Pedro 3:20, 21; 2 Pedro 2:5; 3:5-7.) Pero con relación a este Diluvio universal hay que contestar algunas preguntas.
 
* Las aguas
 
29 Primero, ¿no es realmente exagerada la idea de que se inundara toda la Tierra? En verdad, no. Hay que considerar que hasta cierto grado la Tierra todavía está inundada. El 70% de ella está cubierta de agua y solo el 30% es tierra seca. Además, el 75% del agua dulce de la Tierra está encerrada en los glaciares y en el hielo polar. Si todo ese hielo se derritiera, el nivel del mar se elevaría muchísimo. Ciudades como Nueva York y Tokio desaparecerían.
 
30 Además, The New Encyclopædia Britannica dice: “Se ha calculado que la profundidad media de todos los mares es de 3.790 metros (12.430 pies), una cifra considerablemente mayor que la de la elevación media del terreno sobre el nivel del mar, que es de 840 metros (2.760 pies). Si la profundidad media se multiplica por su respectiva área, se descubre que el volumen de las aguas oceánicas del mundo es 11 veces mayor que el volumen de la tierra que sobresale del mar”14. Por eso, si todo fuera nivelado —si las montañas fueran aplanadas y las cuencas profundas del mar rellenadas—, el mar cubriría toda la Tierra por una profundidad de miles de metros.
 
31 Para que el Diluvio sucediera, las cuencas marinas de antes del Diluvio tendrían que haber sido menos profundas, y las montañas tendrían que haber sido menos altas de lo que son ahora. ¿Es posible eso? Pues bien, cierto libro de texto dice: “Hubo un tiempo, hace millones de años, en que océanos y llanuras se extendían en llana monotonía por zonas donde ahora las montañas se elevan a inmensas alturas. [...] Los movimientos de las placas continentales hacen que la tierra se levante a alturas donde únicamente los animales y las plantas más resistentes pueden sobrevivir y, por otra parte, también hacen que la tierra se hunda y repose en esplendor oculto bien por debajo de la superficie del mar”15. Puesto que tanto las montañas como las cuencas marinas suben y se hunden, es patente que hubo un tiempo en que las montañas no eran tan altas como lo son ahora, ni las grandes cuencas marinas eran tan profundas.
 
32 ¿Qué les sucedió a las aguas después del Diluvio? Tienen que haberse escurrido hacia las cuencas marinas. ¿Cómo? Los científicos creen que los continentes descansan sobre placas enormes. El movimiento de estas placas puede causar cambios en el nivel de la superficie terrestre. Hoy, en algunos lugares en los bordes de estas placas hay grandes abismos submarinos de más de 10 kilómetros (6 millas) de profundidad16. Es muy probable que —quizás como resultado del Diluvio mismo— las placas se movieran, el fondo del mar bajara y las grandes fosas se abrieran y permitieran que el agua se escurriera del terreno.
 
* ¿Indicios del Diluvio?
 
33 Si admitimos que pudo haber ocurrido un gran diluvio, ¿por qué no han hallado indicios de esa catástrofe los científicos? Puede que los hayan encontrado, pero que interpreten la prueba de otro modo. Por ejemplo, la ciencia ortodoxa enseña que en muchos lugares poderosos glaciares dieron forma a la superficie de la Tierra durante una serie de edades de hielo. Pero lo que parezca ser prueba de actividad glaciar puede ser a veces el resultado de la acción del agua. Por eso, es muy probable que parte de la prueba de que hubo un Diluvio se esté considerando erróneamente como prueba de una edad de hielo.
 
34 Se han cometido errores de ese tipo. Sobre cuando los científicos desarrollaron su teoría de las edades de hielo, leemos: “Al seguir la filosofía del uniformismo, hallaron edades de hielo en cada etapa de la historia geológica. Sin embargo, en años recientes el reexamen cuidadoso de la prueba ha llevado a rechazar muchas de esas edades de hielo; formaciones que en otra época fueron vistas como morrenas glaciares han sido reinterpretadas como lechos depositados por coladas de fango, derrumbes submarinos y corrientes de turbidez, es decir, corrientes de agua turbia que arrastran cieno, arena y grava que se extienden sobre el fondo oceánico”18.
 
35 Puede que haya otra prueba del Diluvio en el registro fósil. Ese registro muestra que hubo un tiempo en que en Europa grandes tigres de dientes de sable acechaban su presa, en la América del Norte vagaban caballos mayores de los que ahora viven, y en Siberia buscaban su forraje mamutes. De repente, por todo el mundo se extinguieron muchas especies de mamíferos. A la vez hubo un cambio súbito de clima. En Siberia decenas de miles de mamutes murieron instantáneamente y quedaron congelados. Alfred Wallace, un famoso contemporáneo de Charles Darwin, consideró que aquella extensa destrucción tenía que haber sido causada por algún suceso extraordinario de alcance mundial19. Muchos han afirmado que ese acontecimiento fue el Diluvio.
 
36 Un artículo de fondo de la revista Biblical Archaeologist dijo: “Es importante recordar que el relato de un gran diluvio es una de las tradiciones más comunes de la cultura humana [...] No obstante, tras las tradiciones más antiguas originarias del Cercano Oriente pudiera haber habido un verdadero diluvio de proporciones gigantescas que date de uno de los períodos pluviales [...] de hace miles de años”20. Los períodos pluviales fueron tiempos en que la superficie terrestre era mucho más húmeda que ahora. Alrededor del mundo los lagos de agua dulce eran mucho mayores. Se teoriza que la humedad se debió a fuertes lluvias asociadas con la terminación de las edades de hielo. Pero algunos han sugerido que en una ocasión la humedad extrema de la superficie de la Tierra fue el resultado del Diluvio.
 
* La humanidad no olvidó
 
37 John McCampbell, profesor de geología, escribió en cierta ocasión: “No hay diferencias esenciales entre el catastrofismo bíblico [el Diluvio] y el uniformismo evolucionario por los hechos mismos de la geología, sino por la interpretación que se da a esos hechos. La interpretación que se prefiera dependerá mucho de los antecedentes y las presuposiciones de cada estudiante”21.
 
38 Algo que muestra que el Diluvio sí sucedió es que la humanidad nunca lo ha olvidado. Por todo el mundo, en lugares tan separados uno del otro como Alaska y las islas de Oceanía, hay relatos antiguos acerca del Diluvio. Tanto civilizaciones americanas nativas de antes de Colón como los aborígenes de Australia tienen relatos sobre el Diluvio. Aunque algunos relatos difieren en los detalles, en casi todas las versiones se nota el hecho fundamental de que la Tierra fue inundada y que solo unos cuantos humanos se salvaron en una embarcación que construyeron. Lo único que explica tan amplia aceptación de este relato es que el Diluvio fuera un suceso histórico.
 
39 Como se ve, en los rasgos esenciales la Biblia está en armonía con la ciencia moderna. Cuando hay un conflicto entre las dos, la prueba de los científicos es cuestionable. Cuando concuerdan, la Biblia suele ser tan exacta que tenemos que aceptar que la información que presenta proviene de una inteligencia sobrehumana. Sí, la concordancia entre la Biblia y la ciencia probada suple más prueba de que la Biblia es palabra de Dios, no del hombre.