Daniela Aza es una comunicadora, creadora de contenido, facilitadora en discapacidad y diversidad argentina.

Citas editar

  • «No es fácil vivir la discapacidad. Tuve que enfrentar muchos desafíos derivados de una sociedad que aún está muy lejos de aceptarla tanto en el ámbito educativo como en la accesibilidad física, la burocracia, etc».
  • «También pude hacer muchas cosas que un día fueron impensadas: deporte, estudiar, casarme, divertirme. Por eso, en mi cuenta siempre llevamos un lema ‘un diagnóstico no es destino’».
  • «Cuando hablamos de discapacidad, tenemos que entender que no estamos hablando de una falencia o falla. Si no, una condición que, en interacción con barreras y obstáculos, genera discapacidad. Tenemos que aprender a naturalizarla un poco más. Todavía falta mucho».
  • «Hoy miro con mucho amor mis cirugías porque me permitieron aprender que somos siempre el vivo resultado y reflejo de los obstáculos que pudimos transformar en oportunidad pero también del esfuerzo y persistencia en las circunstancias que nos toca atravesar».
  • «Lo más duro de una persona con discapacidad es tener que lidiar con esa sociedad que nos excluye, nos margina y estigmatiza. Toda mi vida sentí esa falta de representación y visibilidad o no tener una voz que me identificara. Por eso, una vez que terminé mi carrera y me recibí de licenciada en Comunicación, en la UBA, decidí empezar a visibilizar mi historia y hablar sobre temas que no se conversaban como los mitos que existen, las barreras, impedimentos. Ser esa voz que necesité de chica».
  • «Mi propósito fue siempre inspirar, motivar y educar a partir de lo que viví y tuve la fortuna de que mucha gente se identificara con lo que tenía que decir».
  • «Necesitamos ver garantizados nuestros derechos de poder participar activamente de todos los ámbitos de la sociedad: laboral, educativo, deporte, espacios recreativos».
  • «Es fundamental que se deje de creer que somos seres incapaces que no hacemos y no actuamos, seres bondadosos o de luz, que se deje de infantilizar creyéndonos como niños eternos, personas asexuadas».
  • «Somos personas con discapacidad con nuestra condición y no “a pesar de”. Hoy en día aún predomina una visión separatista si bien hay avances».
  • «Hacemos responsable a una persona con discapacidad por no cumplir con determinados patrones de normalidad y construimos estereotipos y mitos en torno a ella: que siempre va a requerir ayuda, que vive una desgracia victimizándola, que no se divierte».
  • «También existen estereotipos de género respecto a mujeres con discapacidad por no cumplir con los ideales de belleza instaurados. Hay muchos ámbitos como la moda, como dije, la sexualidad, la belleza, en donde las mujeres con discapacidad quedan ausentes. Se duda mucho de las capacidad y fortalezas y no se cree en las personas. Tenemos que ir más allá de los diagnósticos».
  • «Hay que entender que las personas con discapacidad somos, ante todo, personas. Cada uno brilla distinto».
  • «Los médicos les habían dicho a mis padres que no iba a poder hacer un montón de cosas, y no fue así».
  • «La persona con discapacidad tiene su vida. No hay que asombrarnos si trabaja, si tiene pareja. Tenemos derecho al trabajo, a la educación, a poder circular libremente. Hay que empatizar con esa persona».
  • «Todos los días las personas con discapacidad se preguntan con qué barrera se van a encontrar mañana es así. Como que todos los días tenemos que pedir disculpas por ser quien somos en una sociedad que ya debería ser para todas las personas y estar adaptada».
  • «Campos como la maternidad todavía es impensado concebir a una mujer con discapacidad como madre porque nos llama la atención».
  • «De ahí muchos mitos y muchos tabúes que hay relacionados con la discapacidad. Como pensarla como eternamente niña».
  • «Hace falta en esta sociedad que abra el mundo para todas las personas y derribe esos prejuicios, esas ideas súper instaladas, de que la discapacidad es algo malo, de que es una tragedia. Todo eso es muy difícil de deconstruir».
  • «Las palabras asientan un mundo, crean imaginarios, no son casuales. Son intencionales, porque vos estás reproduciendo algo que pensás a través de las palabras. Un imaginario ya construido, y volvés a construir un mundo».
  • «Entonces, cuando hablamos de discapacidad, como decía antes, se tiende a infantilizar y a concebir como personas débiles. Por ejemplo, “el pobrecito” cuando decimos todo el tiempo “uh, tiene esta discapacidad” “pobrecito”. Aparecen la lástima y la compasión».
  • «El término correcto siempre es persona con discapacidad. Siempre se acentúa el ser persona antes que ser discapacitado».
  • «Necesitamos reconocernos en las diferencias para pedir igualdad de oportunidades.No podemos reclamar si no nos percibimos como diferentes, pero iguales en derechos. Siento que el camino es la visibilidad, la representación, la investigación pero llamándonos a las personas con discapacidad, que vamos a saber decirles y expresarles nuestras necesidades».

Referencias editar