Proverbios chinos

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Proverbios, refranes y dichos de origen chino editar

  • «Alimentar sin instruir, es el pecado de los padres».[1]
  • «Con dinero se puede hacer hablar a los muertos; sin dinero no se puede hacer callar a los mudos».[2]
  • ¿Cuál es el más bello siglo de la filosofía? Aquel en que no habían nacido todavía los filósofos«».[1]
  • «Cuando bebas en la fuente, recuerda la primavera».[1]
  • «Cuando es necesario permanecer firme, conviértete en una montaña».[3]
  • «Cuando los hombres se reunen, ellos escucha, y las mujeres y las hijas se miran».[4]
  • «Cuando mejor se comporta el emperador en la capital es cuando se dice que se encuentra enfermo en provincias».[1]
  • «Cuando se cae, no es el pié lo que ha fallado».[1]
  • «Cuanto menos hablan los príncipes y las mujeres, más cosas dicen».[4]
  • «Dejadle al pueblo todas las ignorancias que no sirvan para engañarle».[1]
  • «Diez millones de economías no valen una sola cualidad. Y es más fácil colmar un precipicio que satisfacer el corazón de un hombre».[5]
  • «Ejecuta las cosas difíciles cuando todavía son fáciles».[1]
  • «El ciruelo produce en todos los países las mismas flores».[1]
  • «El corazón de un niño es como el corazón de Buda».[4]
  • «El dinero es sangre y el oro mercancía».[2]
  • «El hombre desaparece como la Luna tras la montaña al llegar el alba».[6]
  • «El hombre es un siglo, y la yerba una primavera».[6]
  • «El pueblo resulta difícil de gobernar cuando es demasiado inteligente».[7]
  • «El que ha desplazado la montaña es el que comenzó por quitar las pequeñas piedras».[8]
  • «El que sabe vencer no emprende una guerra».[7]
  • «El que se sienta en la silla es un hombre, pero el que la transporta es otro hombre».[4]
  • «En medio de tu familia, vive separado de tu familia; en medio del mundo, vive separado del mundo».[1]
  • «En una esposa se busca la virtud; y la belleza en una concubina».[4]
  • «En una nación en lucha, el patriotismo se extiende por doquier».[1]
  • «Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca».[9]
  • «Hay que cruzar el río palpando las piedras».[10]
  • «Hay quien busca su asno estando sentado sobre él».[1]
  • «La desgracia no es aquello que puede evitarse, sino lo que no puede serlo».[1]
  • «La gran muralla de China se mantiene aún en pie, pero no así Chin Sing Huang, que la construyó».[6]
  • «La más corta vida contiene siglos de dolor».[6]
  • «La naturaleza ha sumido a la mujer bajo el hombre, pero la naturaleza no sabe nada de esclavos».[4]
  • «La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta».[1]
  • «Las buenas fuentes se conocen en las grandes sequías; los buenos amigos, en las épocas desgraciadas».[12]
  • «Las enfermedades entran por la boca y las desdichas salen por ella».[1]
  • «La simplicidad es invisible, puesto que no se puede demostrar jamás».[1]
  • «Los golosos se hacen comerciante y los perezosos bonzos».[1]
  • «Los palacios de los grandes rebosan de mujeres y las cabañas de los pobres, de hijos».[1]
  • «Más difícil que abrir una tienda para comerciar es mantenerla abierta».[8]
  • «Nada falta en los funerales de los ricos, salvo alguien que sienta su muerte».[2]
  • «No satisfagáis jamás hasta la saciedad vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos».[13]
  • «Quien cabalga sobre un tigre no desciende fácilmente de él».[1]
  • «Quien ensancha su corazón, encoge su boca».[14]
  • «Quien hace morir de risa, no tiene castigo».[1]
  • «Quien ha hecho un nudo tiene que deshacerlo».[15]
  • «Quien mienta para alabarse, no dirá la verdad para censurarse».[1]
  • «Quien oculta sus faltas es porque quiere cometer otras».[1]
  • «Quien pisa con suavidad va lejos».[8]
  • «Recurre a la paz y a la amistad cuando te veas temporalmente obligado a ello; utiliza la guerra y la defensa como política real».[16]
  • «Se debe perdonar todo a aquel que, a sí mismo, no se perdona nada».[7]
  • «Si deseas ser justo, llama a tres ancianos».[1]
  • «Si tú me das un pecado, yo te recompensaré con una ciruela».[1]
  • «Sólo hay dos clases de hombres virtuosos: los que ya están muertos, y los que aun no han nacido».[4]
  • «Todos los ríos van al mar, pero el mar no se desborda».[1]
  • «Un viaje de diez mil kilómetros empieza por un solo paso».[8]

Referencias editar

  1. 1,00 1,01 1,02 1,03 1,04 1,05 1,06 1,07 1,08 1,09 1,10 1,11 1,12 1,13 1,14 1,15 1,16 1,17 1,18 1,19 1,20 1,21 1,22 1,23 Acerete (1967), pp. 190-202.
  2. 2,0 2,1 2,2 Acerete (1967), pp. 97-9.
  3. Bartra (datos.bne). Frases y citas célebres. Grijalbo. p. 11. ISBN 8425315263. 
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 4,4 4,5 4,6 Acerete (1967), pp. 48-50.
  5. {cita publicación|apellido=de Juan|nombre=Marcela |título=La China que viví y entreví |editorial=La línea del horizonte |fecha=2021|otros=ed y prólogo de Marisa Peiró |isbn=978841759485|página=166}}
  6. 6,0 6,1 6,2 6,3 Acerete (1967), pp. 149-50.
  7. 7,0 7,1 7,2 Acerete (1967), pp. 73-4.
  8. 8,0 8,1 8,2 8,3 Señor (1997), p. 104.
  9. Señor (1997), p. 130.
  10. Kissinger, Henry. China. ISBN 978-84-8306-945-5; página 415
  11. Señor (1997), p. 108.
  12. Señor (1997), p. 25.
  13. Señor (1997), p. 137.
  14. Acerete (1967), p. 119.
  15. Kissinger, Henry. China. ISBN 978-84-8306-945-5; página 434.
  16. Kissinger, Henry. China. ISBN 978-84-8306-945-5; página 88.

Bibliografía editar

  • Acerete, Julio C. (1.ª ed. 1967). Proverbios, adagios y refranes del mundo entero. Bruguera.  En Google Libros.
  • Señor, Luis (1.ª ed. 1997/2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543.